Gondomar y sus altos montes, entre los que destaca la sierra do Galiñeiro ( 699 metros sobre el nivel del mar), forma un anfiteatro natural con vistas a la ría de Baiona. Su clima benigno y su proximidad a Vigo siguen motivando que mucha gente joven fije en este lugar su residencia, pero por la cantidad de vestigios arqueológicos se sabe que desde muy antiguo fue el paisaje elegido por sucesivas civilizaciones.
Además, el extenso municipio pontevedrés conserva un rico patrimonio arquitectónico entre pazos señoriales, iglesias e infraestructuras antiguas. En Gondomar se han localizado dólmenes (como el de Chaín), petroglifos y enterramientos megalíticos o 'mámoas' (Galiñeiro y Chan do Prado, entre otros), además de castros (Pedramoura, en Borreiros).
La leyenda dice que el nombre del ayuntamiento procede de Gundemaro, jefe guerrero de un campamento militar visigodo. En Gondomar sobreviven un puente romano reformado en la Edad Media (Mañufe) y otro, el de As Ánimas, del XVI. También los molinos de A Serra, el acueducto de O Bravo (XVII), cruceros (en torno al del Lugar do Acordo giraba la vida política en el siglo XVIII) y “petos das ánimas”, monumentos de piedra donde tradicionalmente se recogen limosnas y ofrendas por las almas del purgatorio. Uno de los exquisitos rasgos identitarios, por el número de ejemplos y por su categoría, son los pazos y casas señoriales (Conde de Gondomar, Pampillón, Escola, Villarés), y existe una profusa arquitectura eclesial románica, gótica y barroca. Ermitas e iglesias como la de Santa Baia de Donas (siglo XII), San Bieito de Gondomar (XII, reformada en el XIX) y San Miguel de Peitieitos (s. XII pero transformada en el XVIII), o las de Santiago de Morgadáns, San Martín de Borreiros, San Vicente de Mañufe, Santa María de Vilaza o Santa María de Chaín.
Desde el punto de vista natural, destacan varias rutas de senderismo y, en especial, la ensenada del río Miñor en Borreiros, un humedal compartido con los municipios vecinos de Baiona y Nigrán y protegido dentro de la Red Natura por dar refugio, entre los juncos y el limo, a gran cantidad de aves. Desde el Mirador de San Antoniño, limítrofe con el municipio de Tomiño, se pueden contemplar vistas espectaculares del Val Miñor.
Nuestra invitada es Rosa Álvarez, conocida por “Rosita Cristaleiro”. propietaria de Rosquillas Cristaleiro y presidenta del Gondomar Club de Fútbol, uno de los equipos decanos del fútbol gallego pues fue fundado en 1914. Es la única maestra artesanal de la rosquilla gallega, con título concedido por la Xunta de Galicia en 1993.
Tienda online rosquillascristaleiro.com
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