Los forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de Diana Quer han asegurado que en el cuello de la víctima fue localizada una fractura "muy específica" en el hueso hioides, que apunta hacia un estrangulamiento, y han rechazado que pudiera realizarse de forma accidental, dado que para que muera una persona se "necesitan como mínimo cinco minutos de presión" tras perder la conciencia.
A preguntas de la Fiscalía durante la octava sesión del juicio, el forense Alberto Fernández ha apuntado que una víctima que está siendo estrangulada "tarda en perder la conciencia entre 20 y 30 segundos", pero la muerte, que ocurre en una segunda fase, "requiere que se continúe la presión más allá".
En cuanto a la causa de la muerte, el forense se ha ratificado en que la joven fue estrangulada con una brida.
Por otra parte y relativo a una de las claves del caso, Alberto Fernández ha ratificado que la autopsia no encontró lesiones genitales que confirmasen una agresión sexual. "Lo que no quiere decir nada", ha explicado el forense, que ha admitido que bien pudieron borrarse durante el tiempo en que el cuerpo estuvo sumergido o bien pudieron no hacerse evidentes.
Los forenses que realizaron la autopsia comprobaron que los huesos de Diana, especialmente los de las piernas, no tenían "fracturas ni lesiones" que pudiesen corresponder con un atropello, la primera versión del acusado.