La Guardia Civil tenía previsto detener a Enrique Abuín "a mediados de enero" de 2018, menos de un mes después de que el intento de agresión en Boiro ocurrido en las Navidades de 2017, y por el que ya ha sido condenado, precipitasen este proceso, llevando al hallazgo del cuerpo de Diana Quer . Así lo ha dicho un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se incorporó en enero de 2017 a la investigación, poco tiempo después de la recuperación del teléfono de la ría.
Una de las cuestiones que llevó a la Guardia Civil a sospechar de El Chicle fue su "patrón de conducta" con otras denuncias previas de acoso sexual, entre ellas la violación que denunció su excuñada pero que, inicialmente, fue archivada.Entre otras cuestiones, el investigador ha destacado que este "patrón de conducta vulnera" uno "de los principios fundamentales de los agresores sexuales", el agredir a "alguien de su entorno".
Enrique Abuín reconoció "espontáneamente" a los agentes de la Guardia Civil que lo llevaron hasta la nave abandonada de Asados que había regresado allí con posterioridad al crimen para "fondear el cuerpo" y rechazó acercarse al pozo ante el recuerdo del cadáver de la joven.Así lo ha dicho un agente de la UCO que ha prestado declaración como testigo en la séptima jornada del juicio .
Ante el tribunal, el guardia civil ha explicado que, tras su detención, El Chicle reconoció desde el "primer momento" haber sido el autor de la muerte, pero lo atribuyó a un atropello. Inicialmente, aseguró que había enterrado a Diana en el Polígono de A Pobra, algo que fue descartado pero que se investigó y posteriormente llevó a los agentes al Puerto de Taragoña.
Finalmente, El Chicle confesó, tras la puesta en libertad de su mujer, que había arrojado el cuerpo de Diana a un pozo de un sótano de la
nave abandonada de Asados, a donde se dirigió esa misma madrugada con los agentes.