La construcción de la nueva depuradora de Santiago sigue enquistada y ha causado las críticas de todos los grupos de la oposición, mientras que el alcalde, Martiño Noriega, está a la espera de la reunión que ha solicitado con la secretaria de Estado y presidenta de Acuaes, María García Rodríguez.
Tras la reunión de este lunes en el que participaron representantes de las tres administraciones implicadas --Ayuntamiento, Xunta y Ministerio de Medio Ambiente--, y después de que el regidor, que presidió el encuentro, anunciase esa solicitud de entrevista, este martes se han sucedido las reacciones de la oposición.
Así, el portavoz del Grupo Popular, Agustín Hernández, ha manifestado que el gobierno de Compostela Aberta "sigue escondido tras una supuesta solución para la construcción de la nueva depuradora para Santiago" y ha insistido en que Noriega "sigue sin explicarle a los santiagueses cuánto les subirá la factura del agua cuando se pierdan los fondos europeos destinados a la ejecución de esta infraestructura".
El que fuera conselleiro de Medio Ambiente cuando se comenzó a abordar la necesidad de una nueva depuradora para la capital gallega ha asegurado que la "inacción" del regidor compostelano supondrá un coste para cada compostelano de 1.500 euros.
"EN RIESGO EL BOLSILLO DE LOS VECINOS"
Por su parte, el portavoz socialista, Paco Reyes, ha reclamado que se "pase de los debates políticos a los hechos concretos", porque "el tiempo apremia" y se está "poniendo en riesgo el bolsillo de los vecinos" compostelanos.
Así ha reclamado al regidor que ponga un calendario con plazos concretos sobre sus propuesta y que presente la petición, a los organismos oficiales para que certifiquen que se puede o no llevar a cabo la ampliación de la depuradora de A Silvouta, así como si es viable en el marco de los plazos establecidos por la Unión Europea para no perder los fondos comunitarios.
El BNG, por boca de su portavoz, Rubén Cela, considera la situación actual una "irresponsabilidad compartida entre PP y Compostela Aberta". En este sentido, ha advertido de que el Ayuntamiento "no puede permitirse perder los fondos europeos".
Tras la reunión de este lunes, el alcalde lamentó la "posición rígida e inmovilista" de Acuaes y Aguas de Galicia sobre la construcción de la depuradora en A Silvouta. La principal discrepancia, explicó, se debe a los plazos para la declaración de impacto ambiental.
Así, mientras que Acuaes y Augas de Galicia mantienen que sería preciso un proceso administrativo de una duración estimada de dos años, según dijo Noriega, el gobierno local sostiene que es preciso hacer un proceso simplificado, porque así se hizo en otros casos como el de Ciudad Real y eso precisaría un "plazo de tres meses que, por lo tanto, no pondría en riesgo los fondos europeos comprometidos para la EDAR".