Cuando el PSOE de Silleda se presentó a las elecciones que le dieron la alcaldía incluyó en su programa electoral la celebración de un referendo sobre el cambio de ubicación del consistorio. El actual ocupa un bonito edificio histórico, pero está ubicado al borde de la carretera nacional y además hace tiempo que se ha quedado pequeño. La alternativa: trasladar las oficinas a la Casa da Cultura.
La promesa se cumplió ayer, con la celebración de un referendo popular al que estaban convocados 7.947 vecinos. Era una jornada histórica, ya que con ella el Concello de Silleda se convertía en elprimer municipio gallego en celebrar un referendo oficial. Con permiso del Consejo de Ministros y todo.
Pero los silledenses no debían de tener tantas ganas de votar como el gobierno de implicarles en la decisión definitiva. A las urnas acudieron solo 2.179, es decir, el 27,46% de los vecinos mayores de 18 años. Los datos de participación avanzados a lo largo de la jornada ya hacían presagiar una participación más bien modesta. A las doce de la mañana solo había votado un 7% del electorado y a las 17 horas lo había hecho el 19%. La afluencia a las 13 mesas electorales -que estuvieron abiertas de nueve de la mañana a ocho de la tarde- tampoco mejoró en las horas siguientes.
De los votantes, el 48,5% se decantó por el sí. Los 1.056 votos a favor del traslado legitimarán la apuesta del gobierno local por llevar el consistorio a un espacio más holgado.
Sin embargo, la opción del traslado venció en las urnas por una escasa ventaja. Solo 52 papeletas más ha habido a favor del sí que del no. Los partidarios de mantener la sede oficial del Concello en su ubicación actual fueron 1.004, es decir, el 46% de los votantes. Unos y otros se han quedado a solo 2,5 puntos de diferencia. Entretanto, el 4% de los electores -88 papeletas en total- votaron en blanco y hubo además 31 votos nulos.
Por mesas, la participación más alta se registró en la de Taboada, con un 38,87%. El sí ganó en 10 de las 13 mesas electorales. En las dos urbanas de Silleda se impuso el no: en una de ellas por 43 votos -185 electores votaron a favor y 228 en contra- y en la otra por 52 -con 240 papeletas en contra y 188 a favor-. También triunfó el no en la mesa de Negreiros, aunque en ese caso solo por ocho votos: 35 frente a 27.
A Bandeira -el otro núcleo urbano del municipio- votó mayoritariamente a favor del traslado, con una diferencia de 30 papeletas. Hubo 200 partidarios del sí y 170 del no.
Al finalizar la jornada electoral, el alcalde, el socialista Manuel Cuiña, confirmó la inmediata puesta en marcha de las acciones necesarias para llevar a cabo el traslado del consistorio.
El alcalde había depositado la capacidad de decisión en los vecinos,prometiendo que el voto sería vinculante y que se haría exactamente lo que el pueblo decidiese en las urnas. Si ganaba el sí, se cambiaría de ubicación el consistorio. Si prevalecía el no, se programarían grandes e importantes obras para intentar adaptar el edificio actual a las nuevas necesidades.