La vida y obra del autor ourensano Carlos Casares, homenajeado por la Real Academia Galega (RAG) en el Día das Letras Galegas, pasa por la poesía, la narrativa, el movimiento antifranquista, la política, las instituciones y sobre todo por un destacado papel en el proceso de normalización lingüística.
Carlos Casares nació en Ourense el 24 de agosto de 1941, aunque vivió toda su infancia en el municipio de Xinzo de Limia. Según indica Henrique Monteagudo en una biografía publicada por la RAG, el autor e inició en los estudios eclesiásticos a los once años, tras ingresar en el seminario Ourensano, donde vivió un ambiente represivo y con prohibición expresa de utilizar la lengua gallega.
En el curso 1962-63 inicia sus estudios en Filosofía y Letras en la Universidad de Santiago, que finalizará en el 1967-68, en la especialidad de Filología Románica.
Durante estos años entró en contacto con la cultura galleguista y con el movimiento antifranquista estudiantil, y conoció a algunos de los intelectuales que lo marcarían de por vida, como su amigo Arcadio López-Casanova o Ramón Piñeiro, su guía intelectual.
Tras finalizar sus estudios, entre otras ocupaciones ejerció la docencia en algunos centros, donde tuvo problemas con la directiva e incluso acabó expulsado por su abierto antifranquismo, además de participar en distintas iniciativas de impulso cultural.
Figura pública
Casares, a su vez, tuvo un importante papel como figura pública. De hecho, ha sido uno de los firmantes del manifiesto 'Realidade Galega', para lograr un Estatuto Galego, lo que situó al autor en primera línea política, desembocando a su participación en las listas del PSdeG-PSOE y miembro del primer Parlamento de Galicia, en el año 1981.
Entre los hitos de su acción política, destaca la redacción y aprobación de la Lei de Normalización Lingüística en 1983 o la ley de creación del Consello da Cultura Galega.
En un segundo plano, Casares se centró en su papel de dinamizador cultural, como director de Galaxia y de la Revista Grial e incluso presidiendo el Consello da Cultura Galega, en los últimos años de su vida.
Como narrador, el legado de Casares incluye obras icónicas como 'Vento Ferido', con una importante repercusión entre el movimiento estudiantil, 'Xoguetes para un tempo prohibido', con un perfil marcadamente autobiográfico, 'Os escuros soños de Clío' o 'Deus sentando nun sillón azul'.
Casares destacó, a su vez, como precursor de la literatura infantil y juvenil en lengua gallega, con textos como 'A galiña azul', 'As laranxas máis laranxas de tódalas laranxas' e incluso la traducción de la obra de Antoine de Saint-Exupéry, 'O principiño'. Todo ello partiendo de su interés por acercar el idioma a los más jóvenes.
Por otro lado, su proximidad con los lectores y la ciudadanía se hacía evidente a través de sus textos en prensa y sus colaboraciones con La Región, El País y La Voz de Galicia, donde su columna 'Á marxe' era seguida por miles de personas hasta el mismo día de su fallecimiento.
El legado de Casares
Henrique Monteagudo, académico y amigo personal de Casares, reivindica su producción literaria como "el legado más importante" del autor. "Se reivindicaba como escritor y la libertad para crear. No le gustaba tener una literatura servil a una ideología o partido en concreto", destacó.
En novela, "sobre todo", Casares brillaba y disfrutaba de numerosos seguidores, hasta situarse como "el autor más vendido en gallego". 'Vento Ferido, 'Xoguetes para un Tempo Prohibido', 'Ilustrísima' o 'Sol do Verán', son algunas de sus obras más importantes, junto con 'Deus sentado nun sillón azul', "una novela de las más importantes del siglo XX en gallego".
"Era muy leído desde sus inicios, tenía una vocación muy específica de disfrutar de un público muy amplio. Hizo un esfuerzo muy grande de ganar al público", ha señalado el también secretario de la Real Academia Galega.
El secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, ha reivindicado el papel jugado por Carlos Casares para impulsar la lengua gallega más allá del ámbito exclusivamente académico y erudito.
"Tenía un carácter de tender puentes, fue el primero que empezó a explicar a muchos la necesidad de un ambiente de cordialidad alrededor del idioma"
Por su parte, el presidente de la RAG, Víctor Freixanes, se queda con el carácter de Casares y su conversación hipnótica y que atrapaba a la audiencia, además de su importante papel para atraer a los jóvenes a la lengua gallega.
"Con Casares pasa lo mismo que con Manuel María el año pasado. Son autores con mucho público y públicos muy variados. Desde los más jóvenes, una de sus mayores preocupaciones a la hora de ofrecer material y herramientas y traduciendo a autores como Hemingway y obras como 'El Principito', hasta públicos adultos y de todo tipo".
Homenaje de la USC
Por su parte, la Universidade de Santiago de Compostela (USC) celebra el año de Carlos Casares y la fiesta de las Letras Galegas recordando su etapa como alumno e investigador en el seno de la institución académica, destacando por su papel como dinamizador cultural, compromiso con el idioma y con el movimiento movilizador estudiantil y antifranquista. Así lo ha destacado el académico Henrique Monteagudo, amigo personal del homenajeado en este 17 de mayo, durante una conferencia pronunciada con motivo del acto literario que cada año celebra la universidad para conmemorar el Día das Letras Galegas.
Durante su intervención, Monteagudo ha repasado las vivencias que marcaron el paso de Casares por la Universidade de Santiago, a donde llegó cumpliendo 21 años manteniendo una trayectoria intermitente por cuestiones de salud derivadas de episodios de depresión por sus crisis personales, sentimentales y religiosas.
Casares pasó su etapa formativa con la "mayor libertad" posible para disponer de su tiempo, acudiendo a las clases que consideraba más provechosas para sus intereses intelectuales y literarios y con cierta consideración de "insolente" por parte del profesorado más conservador y autoritario.
Fue en este periodo donde entró en contacto con el galleguismo de la época y con personajes como Uxío Novoneyra o Arcadio López Casanova, con quien compartió una intensa amistad que le llevó a conocer a Salvador García Bodaño o Ramón Piñeiro, su guía intelectual.
El autor fue protagonista de tres hitos para la institución, como es la celebración del primer acto solemne de las Letras Galegas en el 63 en la universidad, la creación de la Fundación Penzol y el impulso de la Revista Grial.
‘Vento ferido’
A partir del 65, se inicia una especie de efervescencia cultural en la que participaba el propio Casares, que destacó por su implicación en el ambiente antifranquista del movimiento estudiantil, y donde fue descubriendo su vocación de narrador.
Monteagudo ha señalado, además, que poco después llegaría la publicación de 'Vento Ferido', a través de Galaxia, que supuso una publicación "emblemática" para la movilización universitaria y "un eco extraordinario" por toda Galicia.
A pesar de que Piñeiro orientaba a Casares para dirigir su carrera hacia la universidad, el autor cosechó cierta frustración durante su breve periodo en la investigación literaria, destacando su trabajo sobre figuras como Otero Pedrayo.
Finalmente, abandonó su tesis para dedicarse a su vocación por la narrativa y a sus inquietudes a favor de la promoción de la lengua gallega.
"Luces y sombras"
Este relatorio resume uno de los bloques incluidos en la obra 'Casares en Compostela', con aportaciones de Henrique Monteagudo, Xosé Manuel Salgado o Dolores Vilavedra. El volumen incluye además textos reflexivos sobre la lengua gallega y dos prosas de ficción.
Durante su intervención, el director del departamento de Filoloxía Galega, Francisco Cidrás, ha contrastado la situación de esa primera celebración de las Letras en la USC en el 63 con la actual, en la que Casares tiene "de nuevo" su protagonismo en un tiempo de "luces y sombras" para la lengua gallega.
Así, mientras se registran "avances espectaculares" en el panorama institucional académico, se produce "un estancamiento y retroceso" en el ámbito social y de uso, además de en la propia universidad.
"Dejó de ser la lengua mayoritaria de la juventud y el patrón de actitud positiva no se traduce en un uso efectivo", ha lamentado.
Por ello, ha cuestionado la utilidad de la investigación en un momento en que el gallego pierde peso y en el que las aulas son más un instrumento de "castellanización" que de "normalización lingüística".
En definitiva, ha apelado a la "responsabilidad" del profesorado y de las familias para asegurar la transmisión generacional del idioma, un campo en el que Casares "lo tenía muy claro".
"Por eso escribió tantas obras para niños", ha insistido, para señalar que no usar el gallego para arropar a los pequeños de la casa dejará al idioma "en un letargo".
Finalmente, el rector compostelano, Juan Viaño, cerró el acto valorando la "dedicación" de Casares, uno de los "más ilustres" representantes.
"Conmemoramos el día de nuestra literatura, de nuestra lengua y nuestra cultura. Celebramos aquello que compartimos y que ofrecemos al mundo", ha destacado Viaño, quien ha trasladado el "orgullo" por recoger "la antorcha" de 50 años de trabajo a favor del gallego.