"Desde el punto de vista contractual está todo cerrado", decía Alberto Núñez Feijóosobre el contrato de Navantia con Arabia Saudí para la construcción de cinco corbetas,que supondría "la guinda definitiva para la consolidación de la construcción militar, que, unida a la construcción civil de la eólica marina, significaría un antes y un después, tanto para Ferrol como para el sector naval de Galicia".
Las declaraciones son del 20 de enero de 2016. Finalizadoel año electoral, con comicios en España y en Galicia, el contrato se daba por hecho. Entrado el nuevo año, viajó a Arabia Saudí el rey Felipe VI para atar flecos, provocando un fuerte enfrentamiento político entre quienes otorgaban más peso en la balanza a los 2.000 millones para los astilleros públicos que supondría la construcción de los buques, y quienes priorizaban la conculcación de derechos humanos en territorio saudí. El alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, de la "izquierda rupturista", priorizó la carga de trabajo para las naves ferrolanas.
Año y medio después de las palabras de Feijóo, el nuevo presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez, vuelve a viajar a Arabia Saudí para intentar desatascar el contrato. En su primer viaje oficial al extranjero como máximo responsable de la compañía, trasladará "su compromiso con la consecución del contrato", según comunicó Navantia.
El viaje es este lunes y está previsto que Vilasánchez mantenga varios encuentros con "altos representantes de la Marina y el Ministerio de Defensa saudí, quienes han confirmado el máximo interés por cerrar el contrato de las corbetas".
El presidente de Navantia, que estará acompañado por el director Comercial de la compañía, Gonzalo Mateo-Guerrero, se reunirá también con el nuevo embajador de España en Riad.