Tiene razón el presidente del Gobierno gallego en mostrar su preocupación por el futuro inmediato de los puertos gallegos y, sobre todo, el daño colateral que pueden sufrir si no se alcanza pronto un acuerdo sobre el conflicto de los estibadores. El jefe del Ejecutivo autonómico advertía este jueves de la posible deslocalización del tráfico mercancías de las dársenas gallegas hacia el puerto de Leixões, en Oporto. El augurio de Alberto Núñez Feijóo puede ser aún peor: que las los muelles lusos se queden con parte del tráfico que operaba en los puertos gallegos. Además, este conflicto de la estiba coge en pleno declive de tráficos a las dársenas gallegas, que cerraron el pasado ejercicio con una caída importante en los movimientos en sus muelles. De ahí que la preocupación de Feijóo sea mayor.
En los últimos años, el viento soplaba de popa en los puertos gallegos. Pero en el pasado ejercicio los aires llegaban de proa y eso es malo para la actividad portuaria. De hecho, las tres dársenas de mayor tamaño en la Comunidad gallega cerraron el año 2016 con un descenso en tráficos. Tantos Vigo, como Coruña y Ferrol presentaron resultados negativos, que fueron parcialmente compensados por el destacado crecimiento en Pontevedra-Marín y Vilagarcía. Pese a ello, la actividad portuaria gallega cerró el pasado ejercicio con una caída del 0,11% en el volumen de tráficos portuarios, al contrario de lo que sucedía en el conjuntos de dársenas dependientes de Puertos del Estado, que mejoraron sus cifras un 1,43% de media, según informa Economía Digital. La recuperación depende de muchos factores y un conflicto como el de la estiba no ayuda.
Es cierto que el arranque del presente ejercicio ha supuesto una ligera recuperación para los tres grandes puertos comerciales de Galicia, en especial para Coruña y Vigo. Pero el conflicto con la estiva y los paros que pueden derivar de las movilizaciones contra la liberalización del sector, obstaculizan que se mantenga ese ritmo de crecimiento.
Sobre todo si se tiene en cuenta la proximidad del puerto de Leixões, en Oporto, en Oporto, dársena apta para atraer los tráficos que puedan desviarse de las radas gallegas. Algo que señalaba este jueves este jueves, con gran preocupación, el presidente de la Xunta.
El tráfico de los puertos gallegos
Los tráficos de los puertos gallegos son: Coruña, 13.527.096 toneladas (-1,72%); Ferrol, 12.506.3557 toneladas (-1,98%); Marín-Pontevedra, 2.316.452 toneladas (+9,57%); Vigo, 3.861.499 toneladas (-4,12%); y Vilagarcía, 1.105.692 toneladas (+7,68%).
Las instalaciones lusas dominan el tráfico contenedorizado, puesmueven más del doble de contenedores que todos los puestos gallegos juntos, 658.670 Teus frente a los 284.800 registrados en Galicia, según los datos recopilados por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Coruña, Fernando González Laxe, para el informe de coyuntura del Foro Económico de Galicia. "Esa brecha aumenta cada año", añade, señala ECD.
El expresidente de la Xunta censuró la"descoordinación" entre los cinco principales puertos gallegos, cuyos tráficos se encuentran en retroceso frente a la progresión de Leixoes, que incrementó un 75% las cargas movidas desde 2006. Laxe cree necesario "mejorar la cooperación" entre Galicia y el Norte de Portugal "para salir todos ganando", en vez de apostar por la "rivalidad", debido a que esta eurorregión supone un mercado "muy atractivo", "comparable a la población de Cataluña". Para esa coordinación pone de ejemplo la que llevan a cabo Algeciras y Tánger.
Leixões tiene un peso importante en el conjunto de Portugal, al representar casi el 20% del tráfico. "Los puertos de Galicia, por el contrario, disminuyen, año tras año, su participación en el total español", dice el informe.
Tipo de tráficos
Coruña es el puerto más importante en cuanto a graneles líquidos, moviendo el 80% de los que llegan a Galicia. Ferrol es el que más graneles sólidos maneja, mientras que Vigo lidera la mercancía general.
El mal comportamiento del puerto olívico, con retrocesos en las variables de graneles sólidos (-18,42%), mercancía general (-3,09%) y contenedores (-17,62%), ha impulsado a los puertos más pequeños, Marín y Vilagarcía, que han mejorado de manera destacada sus cifras, creciendo un 9,67% el primero y un 7,68% el segundo.
"Se produce tanto una desviación de tráficos como una nueva captación de buques y mercancías por parte de los tres puertos citados anteriormente, que logran imponer una política comercial más agresiva y competitiva", apunta el estudio al que se refiere el citado diario. Por eso, la preocupación no es una deslocalización temporal relacionada con el conflicto de la estiba. El problema es que ese desvío de los tráficos se pueda convertir en un hecho estable; es decir, que un conflicto laboral afecta a la pérdida de tráficos y a la captación de otros nuevos.