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Beiras, Quintana y Aymerich, los anteriores históricos que se alejaron del BNG

Con la salida de Xavier Vence, el Bloque suma más exportavoces fuera que dentro de la organización.

Treinta y cinco años han pasado desde la fundación de la organización frentista. Ocurría en 1982, en el histórico Frontón de Riazor. Foro adecuado para grandes acontecimientos, desde la lucha libre hasta el boxeo, una vez desaparecida la plaza de toros coruñesa. Pero también para otros actos, como fue el de la presentación pública del nuevo nacionalismo gallego. Ahí nacía el Bloque Nacionalista Galego (BNG), una organización que ha sido capaz de unir bajo sus siglas a la mayoría de los partidos nacionalistas que, desde las primeras elecciones con la reinstauración de la democracia, andaban cada uno por su lado. Fueron 35 años en los que pasó de todo. Incluso, el BNG llegó a gobernar Galicia en coalición con el PSdeG. Pero también hubo rupturas. Unas fracturas que llegan hasta hoy días y, casi siempre, por "culpa" de las urnas. Precisamente, la ciudad herculina fue la primera en ver caer a su líder. Enrique Tello había propiciado el primer gobierno municipal fuerte del BGN en una gran ciudad, al formar un bipartito estable con el PSOE. Hubo otros, pero ingobernables.

El calvario del Bloque comienza con la traumática derrota del bipartito por precisamente por el escaño que se le escapó y sumió al nacionalismo en un diván sobre su futuro, proceso que coincidió con la irrupción de una nueva política.

Desde entonces, el Bloque perdió en 2015 la representación que había tenido en el Congreso durante 20 años y en 2012 quedó relegada a cuarta fuerza, igual que en la actualidad.

Por el camino, ha acumulado unrosario de bajas de dirigentes históricosy de mayor o menos peso, contrarios a la línea oficial de una Unión do Povo Galego (UPG) que se ha quedado sin contrapesos internos. El punto de inflexión lo marcó la asamblea de Amio de 2012. Xosé Manuel Beiras, Anxo Quintana, Martiño Noriega, Carlos Aymerich, Suso Veiga o Xosé Ramón Pérez Bouzason algunos de los nombres que dejaron atrás estas siglas. Este miércoles se ha conocido que también deja la militancia Xavier Vence, que fue el principal referente de la organización entre 2013 y 2016.

De los cinco portavoces nacionales que ha tenido, solo se mantienen dos en la organización. Se trata de Ana Pontón, actual líder del partido y que será reelegida en la asamblea de los días 25 y 26, y Guillerme Vázquez, que ejerció el cargo entre 2009 y 2013.

Xosé Manuel Beiras es, sin duda, la baja más simbólica del BNG. Primero, porque fue el rostro del Bloque en los 80 y protagonista, en colaboración con la UPG, del sorpassoque en 1997 situó al nacionalismo con 18 escaños como líder de la oposición. Cuatro años después, empató con el PSOE. Pero Beiras ya se había distanciado de la UPG y, tras perder el pulso por esta en 2012, se marchó con los suyos. Poco después, rompía la barrera nacionalista de presentarse en coalición con los federalistas de EU y AGE superaba al BNG. Era el inicio del autodenominado rupturismo. De su mano también salió del Bloque Martiño Noriega, entonces alcalde de Teo y hoy regidor de Santiago bajo una marea.

El sucesor de Beiras fue Anxo Quintana, que el año pasado rompió el carné frentista al no compartir "ni en la forma, ni en el fondo, ni en la táctica, ni en los objetivos estratégicos, el proyecto político del Bloque de hoy". Su decisión se producía tras fracasar el intento de impulsar una plataforma nacionalista.

Uno de los rostros más populares del Bloque fue Carlos Aymerich, diputado en las Cortes y portavoz parlamentario en O Hórreo, que en 2012 se alió con Beiras para tratar de arrebatar el poder interno a la UPG y apostar por un mayor aperturismo. El año pasado dejó de militar por el rumbo seguido y la negativa acercarse al espacio político del que fuera su aliado.

Por el medio, múltiples cargos municipales decidieron dejar atrás sus siglas y apostar por las mareas, caso del alcalde de Salceda, Marcos Besada, o del exregidor de Manzaneda, David Rodríguez, que siguió a Beiras a Anova, primero, y En Marea, después.

En vísperas de celebrar su asamblea para conmemorar sus 35 años, el Bloque vuelve a sufrir otra "herida". El exportavoz nacional, Xavier Vence, se marcha. Pero no se va de la primera fila política. No, ha pedido la baja en el partido. Otra preocupación y otra reflexión que tendrá que hacer internamente un BNG que no acaba de levantar cabreza.

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