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Política oculta

Barcón siempre hizo lo que más sabe hacer: “política oculta”. La reunión con Ferriro no fue descortesía a Dapena, fue una traición en toda regla.

Los resultados de las últimas elecciones municipales, que sellaron la defunción del PSOE coruñés, han mostrado las diferencias y los intereses particulares que tienen algunos de los dirigentes del PSdeG en su estrategia personal sobre la política municipal. Primero fueron las alianzas con las mareas para apoyar un gobierno de Ferreiro, con el PSOE de cogobernante desde la oposición. Y de ahí las especulaciones sobre cuál sería la posición de los socialistas en la gobernabilidad de la ciudad.

En los primeros cien días de "cortesía" se vio que este "bipartito atípico" no era posible. Los intereses se diluyeron. Y la gran defensora de la supuesta alianza abandonó el barco. La portavoz municipal y secretaria general, Mar Barcón, hizo lo que más sabe hacer: "política oculta". Pactos secretos, sin el conocimiento de sus compañeros. Incluidos los aparentemente más cercanos.

Después de dejar plantados a sus compañeros, y abandonar la portavocía del grupo municipal, Barcón siguió practicando su "política oculta". Y la última conspiración, porque así debe entenderse, fue la reunión navideña que mantuvo con el alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, a espaldas del portavoz municipal. No extraña, por tanto, que José Manuel Dapena haya presentado su dimisión. Porque lo de Barcón con su portavoz municipal no es una falta de cortesía, es una traición en toda regla. Con estos hechos no es necesario explicar lo que le pasa el PSOE.

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