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Entre pijos y progres

Todos conocían las “figuras” del PSOE coruñés, que son una mezcla de pijos y progres, que viene a ser lo mismo, y que viven muy bien de esto.

Dos de las siete ciudades más pobladas de Galicia arrancan este recién estrenado año 2017 con nuevos presupuestos. Las cinco restantes los prorrogan hasta que sus majaderos políticos lleguen a un acuerdo. Y permítanme que me refiera a nuestros representes como lo que son: unos majaderos. Desde la derecha hasta la izquierda, pasando por los de la tierra de nadie -que ahora abundan mucho-, les importa lo que a un menda intentar subir a la luna elevado en un globo barato de helio de esos recauchutados que venden en las verbenas de baja calidad de nuestros pueblos.

Dicho lo cual, que es la estupidez de moda de los tertulianos finos y de la pasta, enmendar los errores puede salvar a uno de ser un cretino a ser un ciudadano normal. Y esto, créanme, a los políticos no les gusta mucho aceptarlo. Prefieren no apearse de la burra antes de ceder y reconocer sus errores.

A tres días de finalizar el año, los socialistas rompieron aquello del "no es no" y se aliaron con los populares y tumbaron los presupuestos de Coruña. Pero no fue porque largaran al Sánchez, casi incendiaran Ferraz e iniciaran una guerra entre socialistas y sociatas, ni tampoco fue una reflexión de este PSOE, mitad tirado al monte y la otra escondiendo la cobardía lo que lo llevó a rechazar las impresentables cuentas del populista Ferreiro. No. Ha sido por venganza y por doble vergüenza del PSdeG coruñés. Primero puso la alfombra roja para que la marea gobernara en María Pita, luego colaboró en sus despropósitos y, tras el descalabro socialista, suplicó entrar en el gobierno populista. Súplica que fue rechazada. Este es el PSOE coruñés, igual que el de toda España.

Conviene recordar que no toda la responsabilidad sobre la chapuza es de los socialistas coruñeses o de quien los dirigía (o dirige), sino también de la dirección gallega y, con todos los respetos, de todos aquellos ciudadanos que los han votado. Porque todos conocían las "figuras" que estaban detrás del PSOE coruñés: una mezcla de pijos y progres, que viene a ser lo mismo, y que viven muy bien de esto.

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