La conmoción se ha apoderado esta tarde del tanatorio compostelano de Boisaca, donde se celebró el funeral de Ana María Enjamio Carrillo, una joven de Boqueixón (Coruña) que fue cosida a puñaladas y que ha sido enterrada en el cementerio de Santa Mariña de Grastar.
Lágrimas, rostros compungidos y rabia contenida han estado presentes en esta misa donde al final hubo un sonoro aplauso con el que intentaron, en un gesto simbólico, arropar y dar calor a esta muchacha de 25 años que estrenaba su primer empleo, en una filial de Citroën en O Porriño (Pontevedra), y también un vehículo.
La capilla se quedó pequeña para los asistentes, pese a sus dimensiones, e incluso había casi más gente fuera que dentro, y han sido decenas los autobuses que se han desplazado, entre ellos el del CSD Arzúa, equipo en el que juega el hermano de la víctima.
Ana acabó este año sus estudios de Ingeniería Industrial, era una apasionada del deporte, y todos aquellos que la conocían la definen como afable, cariñosa y divertida.
Su cuerpo sin vida fue encontrado en el rellano del edificio de Vigo en el que vivía junto a otras dos chicas y, antes del crimen, había asistido a una cena con sus compañeros de empresa.
Este lunes tendrá lugar una concentración de repulsa por la muerte violenta de la joven, después de que el regidor firmara este sábado un decreto de alcaldía condenando y lamentando su asesinato, perpetrado en el rellano de un edificio en la avenida de Madrid. En concreto, esta concentración tendrá lugar a las 11:00 horas ante la Casa consistorial.