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De Pablo de Tarso a Formoso

Como al santo, el de As Pontes cayó del caballo y del golpe en la cabeza le vino la conversión. Pero ya saben lo que se dice de los conversos.

Mientras el PSOE deja pasar el tiempo para recomponerse, las aguas bajan revueltas en las filas del partido en Galicia cuyos dirigentes hacen cuentas sobre la magnitud de un futuro nada halagüeño. Con Abel Caballero ejerciendo sin disimulo para consensuar una dirección de integración como única salvación del PSdeG, la actual gestora sigue agarrada a un clavo ardiendo. Y la pregunta es el por qué. Porque Cancela y su equipo de colaboradores saben que están acabados políticamente.

Otros cambiaron, dicen entre tramoyas. Y en medio de esos dispositivos escénicos, el presidente de la Diputación coruñesa se apunta al guión escrito por Caballero. A González Formoso, quizás, le pasó lo que a Pablo de Tarso. Guardando las grandes distancias en todos los sentidos, ambos son personajes polémicos y conflictivos. Pablo no dejó de ser judío y nunca fue cristiano, según la teoría de Lutero. Formoso, sin embargo, no sabe si es o fue alguna vez socialista. Es lo que dicen algunos de sus compañeros.

El caso es que a raíz de la tesis luterana del siglo XV existe una rocambolesca teoría que dice que Pablo fue el culpable remoto del exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial. No es que queramos llegar a un paralelismo tan apocalíptico y falso al relacionar a ambos personajes. Pero lo que sí resulta curioso es que el presidente de la Diputación coruñesa es un sanchista confeso, lo mismo que un ferviente defensor de Besteiro y Cancela. Quizás, como le pasó a Pablo de Tarso, se cayó del caballo y del golpe en la cabeza le vino la conversión. Pero ya se sabe lo que se dice de los conversos.

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