Una niña de 13 años permanece ingresada en la UCI pediátrica del Hospital Provincial de Pontevedra tras ingresar el sábado por la noche con síntomas de intoxicación etílica. La joven, vecina de la urbanización de Monte Porreiro, presentaba un cuadro clínico grave, lo que llevó a los médicos que la atendieron a temer por su vida en un primer momento. Todos los indicios apuntan a que su organismo no resistió una ingesta de alcohol excesiva y en un período de tiempo muy reducido, lo que desembocó en el conocido como coma etílico.
La proximidad en el tiempo con el fallecimiento de una niña de doce años con síntomas muy similares en el Sur de España provocó que el drama llegase a sobrevolar la ciudad del Lérez aunque, por suerte, la veloz intervención de los facultativos resultó decisiva en su favor.
Los síntomas
El término popular coma etílico se refiere a las fases más avanzadas de este tipo de intoxicación, en las que el cerebro se aletarga y la persona afectada entra en estado de coma, con pérdida de conciencia y sin reaccionar a estímulos.
La diferencia entre intoxicación etílica y coma etílico reside en la cantidad de alcohol en sangre y en cómo éste afecta al organismo. Mientras que intoxicación se considera cualquier estado de embriaguez, desde la primera fase de euforia y desinhibición, el coma es ya el estado avanzado de intoxicación, cuando el alcohol ha alcanzado niveles altos, como, según parece, le ocurrió a la joven de Monte Porreiro el sábado pasado.
Los estudios más recientes apuntan a un incremento de esta clase de intoxicaciones entre menores de entre 14 y 18 años en España. Los últimos casos, sin embargo, avanzan que la edad en la que se inician los jóvenes en el consumo de alcohol en cantidades excesivas se está adelantando.
En cuanto a lo que sucedió el sábado, poco se sabe por el momento, aunque todos los indicios apuntan a que el caso es muy similar al de la menor que falleció recientemente en Murcia: un consumo del alcohol brutal en un margen espacio-temporal muy corto que afectó de forma inmediata al organismo de la menor.
Los expertos apuntan, además, a que las mujeres jóvenes son mucho más propensas que los hombres a sufrir este tipo de cuadros clínicos debido a su edad y a su menor tolerancia al alcohol.
Botellón
El Concello de Pontevedra fue pionero, en agosto de 2008, con la aprobación de la ordenanza que prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública. Al mismo tiempo, el gobierno municipal habilitó un espacio en el recinto ferial (que recibió el nombre popular de botellódromo) para que las personas que quisiesen beber en la calle pudiesen hacerlo, siempre bajo estrecha vigilancia de la Policía Local.
La citada ordenanza tuvo efectos muy positivos en la ciudad en materia de seguridad ciudadana, según recuerda el portavoz del cuerpo, Manuel Omil.
"Las peleas se redujeron muchísimo; ahora son casi anecdóticas, cuando entonces eran un auténtico problema".
En la actualidad, unos 100 jóvenes, muchos de ellos menores de edad, aún acuden al citado recinto del botellódromo para consumir bebidas alcohólicas. La cifra se ha reducido considerablemente por la presencia de locales de ocio en los que los clientes pagan el hielo y a cambio pueden introducir sus propias bebidas, que han atraído a la mayoría de los que anteriormente cruzaban el puente hacia el mencionado recinto.
"Solo en ocasiones especiales, como sucedió en la madrugada del 31 de octubre (en la festividad de Halloween), se congrega mucha gente. El resto de días hay menos jóvenes", añadió Omil.