Todo parecía ir viento en popa en el grupo de empresa de Villar Mir. El anuncio de una inversión de 42 millones de euros en la construcción de una nueva planta, con "tecnología punta", en el polígono de Sabón, en Arteixo (Coruña), era garantizar trabajo para el futuro. Además, esta planta tendría una capacidad de producción de 3.000 toneladas anuales de materiales de alta tecnología, ocuparía una superficie de 10.000 metros cuadrados, y tendría como resultado la creación de 90 puestos de trabajo directos y 150 indirectos. Ahora, sin embargo, los trabajadores piden la mediación del presidente de la Xunta para, al menos, garantizar los puestos de trabajo.
El anuncio del Grupo Villar Mir fue bien acogido tanto por trabajadores como por la Administración autonómica. Pero en poco tiempo todo se vino abajo. El propio Grupo Villar Mir reconocía estar en conversaciones con empresa interesadas en adquirir sus activos hidroeléctricos, que incluían las centrales del río Xallas. Una noticia que encendió todas las luces de alarma, tanto entre los trabajadores como en la propia Xunta de Galicia.
Desde que se hizo público este anuncio no han parado las entrevistas, las protestas y el querer saber cuál será el futuro del Grupo Villar Mir en Galicia, y las plantas de Ferroatlántica.
Los representantes de los trabajadores se están reuniendo con todos los grupos políticos e instituciones. Y dentro de esta ronda de contactos, este jueves, 27 de octubre, los comités gallegos de Ferroatlántica tienen una cita en Madrid con Pedro Larrea, consejero delegado de Ferroglobe, en la que esperan conocer cuál va a ser el futuro de las centrales hidroeléctricas del grupo.
Antes de esa cita, los trabajadores de las plantas de Cee y Dumbría, que defienden que su caso es "particular" puesto que el negocio hidroeléctrico está vinculado con el de las ferroaleaciones, cuentan con poder ser recibidos por el presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, o, "por lo menos un compromiso de que va a hacer cumplir las sentencias -que impiden la segregación de los negocios- para llegar ante la empresa con un poco más de fuerza", señala Juan Villar, de la UGT.
Esta es la principal conclusión que sacaron los representantes sindicales de las tres centrales (CIG, CCOO y UGT) en la reunión que mantuvieron este viernes tras la concentración en Dumbría, a la que asistieron también decenas de vecinos de las comarca de Xallas y Fisterra, para reclamar el mantenimiento de la actividad en la zona.
Los sindicatos, que ya solicitaron formalmente una reunión con el presidente del Ejecutivo gallego la semana pasada, volvieron a hacerlo este viernes. El martes es la fecha tope que se marcan para ser recibidos. Ese día, los miembros del comité de empresa y representantes sindicales de las plantas de Cee y Dumbría se desplazarán hasta Santiago con esa intención.
El encuentro no se puede demorar más. Al día siguiente -el miércoles 26- se producirá la reunión del comité europeo de Ferroatlántica, en la que la empresa comunicará a los trabajadores qué hay de cierto sobre la venta de las centrales hidroeléctricas del grupo. Lo que se hable allí será lo que se les comunicará a los trabajadores gallegos en la cita de Madrid. En función de lo que pase, apuntan desde los comités, retomarán o no las movilizaciones.