La reciente sentencia de un juzgado de Lugo que critica duramente la atención del Sergas a una mujer embarazada que perdió el útero tras ser enviada a abortar a Madrid en la semana 32 de gestación, ha puesto de manifiesto las dificultades para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo en Galicia en algunos supuestos, pese a que está recogido por ley, como es en este caso por una malformación. En la intervención posterior al Consello, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, admitió que hay que buscar una atención mejor en la propia comunidad, "y deberíamos intentar que esa prestación se realce en Galicia".
Respetando el derecho a la objeción de conciencia de los facultativos, Feijoo sostuvo que el IVE es una prestación "mejorable, y por lo tanto tenemos que mejorar". El objetivo, apuntó, es que con carácter general se dé a las mujeres una solución en Galicia y no tengan que trasladarse a otra comunidad.
Sobre el caso concreto de esta mujer, aseguró que "comprendo perfectamente la indignación y la desazón de esa persona", y mostró su preocupación y malestar por lo que le ocurrió.