El conductor de un autobús de la empresa Arriva que el pasado viernes fue interceptado en la A-6, a la altura de una rotonda del municipio lucense de Rábade, tras temer los sanitarios que estrellase su vehículo con cinco pasajeros a bordo, permanece en estudio por la unidad de psiquiatría de Lugo y a la espera de diversas pruebas y reconocimientos. Una vez que el diagnóstico sea definitivo se comunicará a la empresa, que también lo tendrá que tener en cuenta a la hora de decidir sobre el expediente informativo que le abrieron.
El chófer fue detenido a primera hora de la tarde del viernes después de que acudiese al centro médico de Fingoi, ubicado en la capital lucense, y los sanitarios advirtiesen síntomas de que podía tener impulsos de suicidio. Dado que el chófer no atendió a razones y se marchó rápidamente para ponerse al volante de un autobús, alegando que si llegaba tarde lo podían echar del trabajo, los sanitarios decidieron avisar de inmediato a los servicios de emergencia. Llamaron a la Policía Nacional de Lugo ante el temor de que pudiese causar un desastre a los mandos del autobús.
En el momento en el que la Policía Nacional recibió la llamada, el autobús ya circulaba por la A-6 en la que la policía no tiene competencias por lo que desde la comisaría trasladaron la urgencia a la Comandancia de la Guardia Civil de Lugo, que puso el caso en manos del equipo de seguridad ciudadana.
Varios agentes se trasladaron hasta Rábade, localidad próxima a Lugo, por la que necesariamente tenía que pasar el autocar en su recorrido desde la estación de autobuses lucense hacia Vilalba. En la rotonda próxima a la A-6 le fue dado el alto al chófer, que detuvo el vehículo con total normalidad y atendió las indicaciones de los guardias, parando allí el vehículo. Tras una primera atención por parte de los agentes, fue trasladado a un centro asistencial.
En el autocar, que realizaba un servicio de línea regular, iban cinco pasajeros que no corrieron ningún tipo de peligro, según informaron fuentes de la compañía de transportes, la cual adoptó los medios necesarios para que los usuarios pudieran continuar el viaje hacia Lugo en otro autobús.
Desde la empresa de autocares Arriva, según publica La Voz de Galicia, manifestaron este lunes que desconocen el estado en el que se encuentra actualmente el conductor. Recordaron que se le abrió un expediente y está apartado del servicio mientras continúan haciéndole pruebas médicas. Indicaron también que están a la espera del resultado de esos reconocimientos para tomar una decisión.