La Guardia Civil está buscando el arma reglamentaria del agente del Cuerpo de la Benemérita que el pasado domingo, estando ebrio y fuera de servicio, realizó 15 disparos en contra una casa en San Sadurniño, ocho de los cuales atravesaron el salón y la cocina mientras los dueños estaban durmiendo en la planta superior. El suceso provocó que este martes el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, propusiese el pase a la situación administrativa de suspenso de funciones y la revocación del destino del agente, de 35 años e iniciales D.V.F., desempeñaba su cometido en el puesto de Ortigueira.
La medida se adoptó una vez que el Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol remitió a la mencionada Dirección General el auto por el que el pasado lunes se decretó la libertad provisional del guardia civil con una orden de alejamiento de 400 metros de las víctimas y la prohibición de acceso a armas de fuego. Se le investiga por delitos de amenazas graves, daños y conducción alcohólica.
El cese cautelar de funciones ya había sido decretado en el momento en que se procedió a su detención, tres horas después de que se produjese el tiroteo, y también se iniciaron los trámites para la apertura de un expediente disciplinario por una presunta falta grave, todo ello supeditado de lo que resuelva la autoridad judicial.
En cuanto a la búsqueda del arma reglamentaria, este periódico ha podido saber que, tras realizar los disparos, el agente se desplazó a As Pontes y Ortigueira, siendo localizado y detenido posteriormente por sus compañeros del Cuerpo en la casa de su madre, en Anca (Neda). El investigado dice desconocer dónde dejó la pistola y también las razones por las que acudió a esa vivienda de San Sadurniño.