Dos días después de que se hiciese público el interés de Globalvía por adquirir Itínere-la empresa que tiene en sus manos, a través de Audasa, la gestión de la principal vía de comunicación de Galicia, la AP-9-, el Ministerio de Fomento ha reaccionado. Desde ese departamento confirmaban que la ministra Ana Pastor va a convocar a la dirección de Audasa a una reunión. Este encuentro, para el que todavía no hay fecha pero que tendrá lugar en los próximos días, se plantea con el objetivo de que la dirección de la concesionaria de la autopista informe sobre el alcance de esa operación de compra.
Al mismo tiempo, Pastor recordará a los directivos de Audasala vocación de servicio público que tiene la autopista y la obligación que, como concesionaria de una infraestructura de interés público como la AP-9, tiene de garantizar que se cumplan los términos de la concesión. Aunque el miércoles todavía no estaba fijado el día en el que se celebrará esa reunión, en el ministerio esperaban que las agendas de las dos partes implicadas puedan coincidir en el plazo máximo de una semana.
En esa reunión entre ambas partes Fomento tratará de disipar dudas sobre el futuro de la estructura empresarial que gestiona la AP-9, después de conocer que Globalvía, participada por los fondos de inversión extranjeros USS, OPTrust y PGGM, presentó una carta de interés en la que pide a los socios de Itínere realizar un estudio de la empresa para plantear después una oferta de compra en firme. Esa carta de interés la tienen tres de los accionistas minoritarios de Itínere: Abanca, Sacyr y Liberbank. Entre los tres suman el 45%, un porcentaje que no daría a Globalvía el control de las autopistas gallegas, a no ser que su interés sea adquirir una participación mayor. La compañía interesada en la compra parte de una oferta de 1.000 millones que podría llegar finalmente a los 1.500.