"El fuego es claramente intencionado y el pirómano conoce bien el entorno en que se mueve", razonaban responsables del operativo contraincendios que este sábado por la tarde combatían dos focos en el Carballal de Coiro. Entre los brigadistas y operarios de Emerxencias Protección Civil de Cangas estaban agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, de uniforme y de paisano, que buscan pruebas para intentar localizar al autor de la ola de incendios que padece el municipio en la última semana, con varios casos en las parroquias de Coiro, Darbo y Aldán. La alerta vecinal y la respuesta de los efectivos desplegados sobre el terreno han logrado, hasta ahora, que la superficie quemada sea modesta, aunque persiste el temor a que los casos se repitan mientras no se descubre al responsable o responsables.
Los dos focos de este sábado se localizaron en el Carballal de Coiro en torno a las siete de la tarde. Cuando el operativo atacaba el primero, en el entorno de la Casa da Mangallona, fue alertado de un segundo fuego bajo el viaducto del Corredor do Morrazo, que suponían de mayor envergadura, por lo que los medios se desplazaron allí. La rápida intervención de una brigada de Medio Rural, trasladada en un helicóptero que también realizó varias descargas de agua sobre la zona, así como del servicio municipal de Emerxencias, con varios efectivos y vehículos nodriza, logró aplacar las llamas y en media hora en incendio se dio por controlado.
A la zona se trasladó también una patrulla de la Policía Local y un agente motorizado que abrió paso a otros medios en una zona de difícil acceso. De hecho, la proximidad del viaducto y la abundante maleza del entorno obligó al helicóptero a aterrizar en una finca agrícola para recoger a los miembros de la brigada de la Xunta cuando el fuego se dio por sofocado. En el entorno también se congregaron algunos vecinos que expresaron su rabia por la repetición de incendios intencionados que la ley define como delitos medioambientales y para el que se contemplan fuertes penas. Las comunidades de montes de la comarca también se encuentran en alerta ante la proliferación de casos.