La ruptura del bipartito en la Diputación de Lugo no parece cerrar una crisis que amenaza con romper la coalición entre socialistas y nacionalistas que gobierna en las diputaciones de Coruña y Pontevedra y en más de una veintena de municipios.
La situación se considera de máxima gravedad, aunque la solución no se da por descartada y está previsto que haya nuevos encuentros entre las dos fuerzas políticas, cuyos dirigentes han demostrado una evidente falta de reflejos políticos para mantener estos pactos bipartitos.
La crisis originada por la aprobación de las cuentas provinciales de Lugo, con el apoyo del PP, le estalló en las manos al PSOE después de permanecer enquistado durante todo el año, el tiempo que han durado los reiterados y desafiantes desplantes del exdiputado socialista y alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, para imponer sus criterios en contra del bipartito en el gobierno.
Dejar pudrir los conflictos tratando de ocultar las grandes diferencias que mantienen socialistas y nacionalistas produce efectos más negativos que afrontarlos en tiempo y forma.
Y las consecuencias son la crisis que llevó a romper el pacto en la Diputación de Lugo, pero también hay otras: las posibilidad de que se traslade a los entes provinciales de Coruña y Pontevedra y ayuntamientos.
Salvar las diferencias es lo más urgente, incluso con un acuerdo de mínimos. Veremos si PSOE y BNG son capaces de superar lo que tanto les distancia. Sobre todo cuando esto se produce tras el fracaso electoral del Bloque y en plena carrera de las gallegas.