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Dimisión equivocada

La dimisión de Romeu es un error de principiantes, y él no los es. Su marcha deja al partido en manos de los que quieren pactos no deseables.

Cuando todo estaba preparado para celebrar el triunfo llegó la derrota. Por eso, Méndez Romeu no sorprendió a nadie al anunciar su dimisión como portavoz parlamentario del PSdeG después de perder las primarias ante Leiceaga. Sin embargo, otros dirigentes que apoyaron y participaron en la campaña de Romeu deberían asumir el mismo camino. Sería lo entendible.

Méndez no logra con su dimisión quitar presión interna en el PSdeG, pero el intento de que el portavoz socialista crea que con su marcha desde ahora las diferentes familias de los socialistas gallegos van a estar más unidas es un claro error de cálculo.

Romeu presentó su renuncia como un sacrificio personal, que sin duda lo es, pero, en coherencia con la actitud prepotente y perdonavidas que ha caracterizado a la gestora del PSdeG en todo el proceso de las primarias, se arrogó prácticamente la capacidad de advertir con su dimisión el resultado de unos comicios internos un poco raro. Es la única forma de interpretar que el candidato de Ferraz y ganador de las primarias está arropado por todo el partido y, en buena lógica, que el recién elegido aspirante socialista a la Xunta también ganó la consulta interna para ser el jefe del partido sin pasar por las urnas. Algo paradójico.

De ahí que la dimisión de Méndez Romeu sea un error de principiantes, y él no lo es. Grave error del portavoz socialista, que deja al partido en manos de Ferraz y de llegar a pactos nada deseables para Galicia y para la democracia.

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