Trabajadores de la planta de PSA Peugeot Citroën en Vigo han aplaudido la "gran noticia" que supone el anuncio de la adjudicación de un nuevo modelo, un turismo que empezará a fabricarse en 2020 y dará carga de trabajo hasta 2026, si bien coinciden en reclamar que éste sea acompañado de mejoras en las condiciones laborales y salariales de los empleados.
En declaraciones a Europa Press, el portavoz de UGT, Rubén Pérez, ha destacado que esta "buena noticia" permitirá a Vigo mantener "el actual aparato industrial de dos líneas y recuperar tasas de empleo perdidas en los últimos años", aunque ha avisado de que esto no implica que vayan a abrir la contratación "de par en par" ni de forma inmediata.
El representante de CCOO, Santiago García, también ha valorado "muy positivamente" la adjudicación del vehículo, lo que ha considerado como "una recompensa a todos los esfuerzos de la plantilla realizados en los últimos años", que permitirá garantizar "el sistema biflujo y los puestos de trabajo en 10 años".
No obstante, tanto UGT como CCOO han indicado que en un encuentro celebrado en la mañana de este miércoles -CIG y CUT decidieron no ir- trasladaron al presidente ejecutivo del Grupo PSA, Carlos Tavares, la necesidad de que este nuevo modelo ofrezca "la oportunidad de discutir y mejorar las condiciones sociales, económicas, laborales" en Vigo y aumentar la contratación.
Así las cosas, han señalado que con la previsión de una producción anual de alrededor de medio millón de unidades con los nuevos vehículos y después de "todos los esfuerzos hechos hasta la fecha", "hay que hablar de recuperar empleo, de mejoras sociales y de abordar el resto de condiciones".
De hecho, han adelantado que cuando acabe la vigencia del actual convenio colectivo iniciarán las negociaciones. "Los esfuerzos realizados en materia económica y productiva se tienen que recompensar", han sentenciado, antes de reiterar la exigencia de recuperar sus condiciones laborales y limitar y reducir los ritmos de trabajo.
Cautela de CIG y CUT
Por su parte, los sindicatos CUT y CIG no han asistido a la reunión con Tavares porque, han señalado, no se les iba a dar a los sindicatos la oportunidad de intercambiar reflexiones y valoraciones con el responsable y no querían apoyar "un acto protocolario de marketing" en el que iban a ser "simples maniquíes".
De hecho, la CIG ha añadido que se ha negado a asistir porque no puede "estrechar la mano de quien viene produciendo en tiempo récord tanta injusticia económica y social". "Nuestra memoria nos hace ser cautelosos", ha apostillado.
Los dos sindicatos, que rechazaron firmar el último convenio colectivo así como el acuerdo de EREs -uno extintivo y dos temporales- y de medidas de flexibilidad, han reiterado que las prácticas laborales en Vigo "son desproporcionadas" y aunque consideran que el anuncio de nuevos modelos "siempre es bueno", se han mostrado recelosos.
Así, Vítor Mariño, de la CUT, ha dicho que cree "que no se va a dar" un aumento en la contratación ni la carga de trabajo, y ha criticado que lo que puede acarrear es "una competencia voraz de las auxiliares" y ajustes a sus trabajadores. Además, ha remarcado que quedan "muchos años vista" hasta que arranque el nuevo modelo, por lo que ve posible que no se haga efectivo.