Con la crisis económica, ética y moral a cuestas y más de cuatro millones de parados el tema resulta tan frívolo que algunos juegan a algo peligroso más que mirar por el futuro. Y en ese juego, los que supuestamente pretenden liderar el cambio para que todo cambie hacen trampas. Sin tener en cuenta la presunta autoridad moral hablan de que es la militancia la que decide el nombre del candidato. Para eso están las primarias, dicen.
Como estamos en la precampaña de las autonómicas y el resultado pinta negro empiezan a salir candidatos tapados, medio tapados o a cara descubierta que no ocultan su pequeña ambición de ocupar la cabeza de cartel. Así que los Pachi y Besteiro, apartados por la Justicia de la carrera política, van a tener competidores para sucederles a partir de este mes.
El escenario fue perfectamente preparado: un desayuno informativo de fin de semana sitúa al profesor Leiceaga como candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta. Habla de primaria, pero no de lo pactado en Ferraz con otros tapados.
Y por si fuera poco, en un lenguaje estudiadamente ambiguo, deja caer que su condición de exnacionalista facilitará acuerdos para ese cambio social que demanda la sociedad.
De momento Galicia es lo de menos. La única campaña que ha comenzado ha sido la de la carrera por la candidatura socialista a la presidencia de la Xunta. Con un tapado y con un exlíder expulsaldo por la puerta de atrás que sigue manejando los hilos del partido. Cuando esto pase, que pasará, surgirán más postulantes. Y más tapados.