El riesgo está en los trayectos cortos. En las carreteras convencionales, en las secundarias. Esas vías serán el escenario de la mayor parte del millón y medio de desplazamientos que los responsables de Tráfico esperan en Galicia en dos fases, durante este fin de semana y entre el miércoles de Semana Santa y el lunes 28. Esos son los períodos en los que la DGT volcará todos sus recursos para garantizar la seguridad del tráfico. Este viernes se pone en marcha la operación especial de Semana Santa, una de las más intensas del año al concentrar en pocos días miles de desplazamientos que tienen orígenes y destinos similares y que se realizan en los mismos días y horas.
Los conductores que circulen por las carreteras gallegas se encontrarán con cinco radares nuevos, dos de ellos de tramo, que han sido instalados en la carretera N-550, en el entorno de Santiago, y en la N-525, a su paso por Ourense. También hay un radar nuevo, de los convencionales, que ha sido activado en la carretera AC-12 (N-VI), en San Pedro de Nós (Oleiros).
La DGT advierte de que además del aumento de los puntos de control permanente de la velocidad también estarán activos los radares que utilizan las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico, que pueden captar infracciones tanto en movimiento como de forma estática, y los helicópteros Pegasus equipados con radares.
Controles integrales
Y durante esta Semana Santa también se intensificarán los llamados controles integrales que ha venido desarrollando la Guardia Civil en los últimos meses. De esta forma, cuando un conductor sea interceptado por una infracción de velocidad, los agentes también le realizarán las pruebas de alcohol y de drogas. Se trata, según indican fuentes de Tráfico, de apartar de la carretera a los conductores multiinfractores en el convencimiento de que hay un elevado número de automovilistas que circulan con excesos de velocidad porque conducen bajo la influencia del alcohol o de alguna sustancia estupefaciente.
