Como no podía ser de otra manera, la crisis económica se ha notado también en la demografía. Los datos hechos públicos por el INE reflejan la pérdida de 12.570 habitantes en 2015 en Galicia. Un descenso que viene a agravar el envejecimiento en la Comunidad gallega.
Además de las causas coyunturales, como la crisis o el parón en la llegada de inmigrantes, los datos del INE señalan también otros motivos más estructurales relacionados con la pirámide de población. Por ejemplo, la mujeres nacidas en el ‘baby boo’ de los años 70 del siglo pasado han sobrepasado ya la edad de ser madres o están a punto de hacerlo.
Galicia ha estado en los años recientes en la cola del conjunto de las comunidades en natalidad y esa ha sido otra de las razones de imperiosa necesidad de que llegaran inmigrantes en los años de expansión económica. Las políticas natalistas, tan frecuentes en otros lugares, han brillado aquí por su ausencia y la única medida en este sentido es el reciente y tan criticado cheque bebé para las rentas de hasta 12.000 euros per cápita que entró en vigor el pasado día 1 de enero.
Mientras siga el azote de una crisis que no se acaba de ir, el problema de la caída demográfica va a estar enmascarado, pero, cuando se produzca la recuperación económica, no habrá más remedio que volver a estimular la natalidad o recurrir de nuevo a la inmigración. Este, además, no es solo un dilema de Galicia, sino de España y de toda la vieja Europa. Porque cada día somos más viejos.