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Pura bisutería

La bisutería solo es algo para aparentar grandeza. Lo preocupante es que el contacto directo de una imitación puede infectar seriamente.

Pues nada. El líder de Podemos, el mismísimo emir de las cuentas de Teherán y Caracas, no renuncia a su condición de aguafiestas. Aunque esto sería un mal menor. Desde que colocó a Breogán Riobóo al frente de su organización en Galicia no hizo otra cosa que ponerlo en evidencia cuando soplaban vientos adversos en otros lugares.

No es para menos. Iglesias no aporta ningún aire fresco a esa renovación democrática muy particular, pero sí ridiculiza y desautoriza a los dirigentes que se atreven a llevarle la contraria.

De ahí que haya vuelto a ridiculizar públicamente a Riobóo, al que califica como "cualquier militante". Pero estas aserciones de Iglesias van más allá de una excusa prostituida ante Anova y otras marcas socias de Podemos. Su afirmación de que existe una sola vía de confluencia entre morados y Mareas es, simplemente, una estrategia del de la coleta por si le falla el plan diseñado para formar parte del Gobierno español. Porque si así fuese, las Mareas acabarían ahogándose en sus propias aguas.

Por eso, las desautorizaciones y los desplantes del señor Iglesias hay que tomarlos como lo que son: pura bisutería política. Y ya se sabe, la bisutería solo es algo para aparentar grandeza. Lo preocupante es que el contacto directo de una imitación puede infectar seriamente. Y ese es el problema.

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