La coalición AGE se ha convertido en la tercera fuerza política gallega tras las últimas elecciones autonómicas. La pregunta es saber si Anova lograría estar donde está si no fuera en coalición con Esquerda Unida. Pero los comicios municipales del mes de mayo no son indicativos, porque Anova se divorció de su pareja para buscar el regazo de unos amores prohibidos que tuvo que ocultar para no poner en evidencia su infidelidad a la familia gallega.
En todo caso, el primer reto de Anova serán las generales de diciembre. Una cita que le preocupa.
Con la intentar mantener los votos de las últimas autonómicas, su mirada se ha vuelto hacia Podemos. Y lograr la ansiada lista unitaria le garantizaría no tener que afrontar una previsible pérdida de apoyo, que debilitaría sus posibilidades de cara a las gallegas de 2016.
Con Podemos es un pacto transitorio, que romperá al día siguiente de los comicios. Porque una cosa es el Congreso y otra muy diferente el Parlamento gallego. Por eso, Beiras le reprocha a Iglesias que insista en exigir su marca en una candidatura gallega, porque entorpece. Lo mismo que sucedió en Cataluña.
El caso es que Anova sin pareja no va ninguna parte. Y Beiras sabe que la pareja de baile anhelada ahora es Podemos. Pero una cosa es tener pareja para el primer baile y otra muy distinta para convivir con ella. Y el veterano político lo sabe.