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Los dos acusados renuncian a hablar en el final del juicio de Asunta Basterra

"Nada que decir", así de contundente se ha mostrado Basterra. Porto se limitó a negar con la cabeza entre lágrimas a la misma pregunta.

La abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, acusados de matar a su hija Asunta, que murió el 21 de septiembre de 2013, no han querido hablar en el alegato final que ha puesto el broche al juicio en el que se dirime este crimen.

Los dos están internos en el penal coruñés de Teixeiro desde ese mismo mes y, al principio de esta vista oral, en sus respectivos testimonios en sala, sí que proclamaron ambos su inocencia y la no participación, en modo alguno, en el trágico desenlace de la pequeña. Este viernes, las defensas de uno y otro, han reclamado su absolución.

Los acusados del asesinato de Asunta Basterra, sus padres adoptivos Rosario Porto y Alfonso Basterra, han renunciado este jueves a hacer uso de su último turno de palabra al cierre de las 18 jornadas de juicio que ha celebrado la Audiencia Provincial de Coruña, con sede en santiago, para tratar de esclarecer la muerte de la menor, acaecida el 21 de septiembre de 2013.

"Nada que decir", así de contundente se ha mostrado Basterra cuando el presidente del tribunal, Jorge Cid Carballo, le ha preguntado si quería decir algo antes de dar por concluido el juicio. Momentos antes, su exmujer se había limitado a negar con la cabeza entre lágrimas a la misma pregunta.

Con este breve intercambio de palabras se ponía fin a las últimas tres semanas de juicio, en las que decenas de testigos y peritos han contado distintos aspectos relacionados con el fallecimiento de la menor. El próximo lunes será el turno del jurado popular, que comenzará su deliberación para alcanzar un veredicto.

Actitud de los padres

La última jornada del juicio, en la que se han presentado las conclusiones de las defensas, ha mostrado a Porto y a Basterra en los mismos papeles que las restantes sesiones y no ha dejado ningún intercambio de pareceres entre los acusados.

Así, la madre de Asunta ha permanecido durante todo el juicio en actitud llorosa y afectada, por momentos con la mirada perdida y gesto ausente. Vestida rigurosamente de negro, se ha llevado las manos a la cabeza y ha evidenciado su tristeza al oír hablar de detalles de la vida de Asunta y ha evitado en todo momento mirar las imágenes del cadáver.

En contraposición, Alfonso Basterra ha dado una imagen más fría, arrogante y, en ocasiones, altiva. Mirando su reloj, con las manos en los bolsillos o haciendo aspavientos -que han sido incluso criticados por parte del presidente del tribunal-, el acusado también ha permanecido en muchas ocasiones atento a los testimonios y han sido escasas las situaciones en las que se le ha visto emocionalmente afectado.

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