Gitanos gallegos y zamoranos volverán a encontrarse este miércoles en el mercadillo semanal del barrio de Coia, en Vigo. La Policía Nacional de la comisaría de Vigo ha organizado un dispositivo de vigilancia para evitar que se repitan los altercados del pasado viernes en Cangas. La presencia de los agentes será discreta pero se solicitarán refuerzos si fuera necesario. Este miércoles será la segunda vez que los comerciantes de ambos clanes vuelvan a verse las caras en sus puestos. El pasado domingo se celebró el mercadillo semanal de Bouzas y no se registraron incidentes. Pero las fuerzas del orden se mantienen alerta porque la tensión entre los dos bandos no ha decrecido después de la reyerta en la que se produjeron seis heridos.
Traslado de denuncias
El hijo del rey de los gitanos, Sinaí Jiménez, presentó junto con otros cinco miembros de su etnia denuncias en los juzgados de Vigo por estos hechos. La administración de justicia viguesa se ha inhibido en favor del juzgado de Cangas, a donde fueron remitidas dichas demandas. El caso podría acabar ventilándose en un juicio de faltas, puesto que las personas que resultaron lesionadas tuvieron heridas leves. La rápida actuación de la Guardia Civil puso fin al conflicto.
Por otra parte, miembros del colectivo gitano negaron ayer que haya sido masivo el llamamiento de Sinaí Jiménez para que los niños dejen de asistir a las aulas por las supuestas amenazas recibidas por sus adversarios.
Los zamoranos también difieren del motivo por el que se produjo la pelea. Sinaí Jiménez manifestaba ayer que fue porque su madre denunció una presunta trama de compraventa de niños en Rumanía. Sin embargo, los castellanos acusan a Sinaí Jiménez de haber provocado la pelea molesto por una boda que no había autorizado y que se celebró porque no están dispuestos a someterse a la autoridad de quien se autoproclama príncipe de los gitanos.