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Ni mediocres ni ineptos

Lo de Elena Candia demuestra que la clase política gallega necesita con urgencia una regeneración, en la que no caben ni mediocres ni ineptos.

Había que elegir entre que el dinero público terminara en el banco propagandístico del próximo bipartito o fuese utilizado para los municipios amigos. Y la presidenta en funciones de la Diputación de Lugo ha preferido que tres millones de euros fueran a parar a las arcas de los concellos gobernados por el PP.

A 48 horas de una moción de censura que la apartará de la presidencia del ente provincial, la señora Candia optó por una medida exprés para repartir dinero entre sus camaradas. Una decisión con criterios partidistas, pensando más en el rencor político que en el interés general de la ciudadanía.

El caso es que los arrebatos de Elena Candia, desde que PSOE y BNG presentaron la moción de censura, ponen de relieve la catadura moral y ética de una política que llegó a donde llegó por el azar y por el juego ventajista que practican en el PSOE.

Justificar el reparto de tres millones con la necesidad de equilibrar las inversiones del anterior bipartito es tomar por idiotas a los lucenses.

De nuevo asistimos a actuaciones que rozan la inmoralidad partidista sobre un campo de ruinas -ético y moral-, ante los ojos estupefactos de los lucenses y la mirada cómplice del partido de la señora Candia. La clase política gallega necesita con urgencia una regeneración, en la que no caben ni mediocres ni ineptos.

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