Pascal concibió una máquina aritmética que sumaba y restaba números hasta un máximo de siete. Intentó comercializarla, pero fue un fracaso. Hubo que esperar a Leibniz, que diseñó varios artilugios que ya podían realizar las cuatro operaciones elementales. Y esto fue lo que hizo Feijóo: diseñar el futuro aritmético del PP. Porque en el actual escenario político los partidos se mueven más por la aritmética que por las ideas y la gestión en las instituciones.
El presidente gallego, utilizando esa lógica aritmética, ha sometido a una profunda remodelación su Gobierno, que ha pillado con el paso cambiado a la oposición y también a aquellos que podían crear tensiones dentro de su propio partido.
Midiendo los tiempos, Feijóo aprovechó el descanso dominical y la precampaña electoral para anunciar su segunda minicrisis de Gobierno. Y con ella, el jefe del Ejecutivo ha dado a entender que el actual Gabinete ofrecía síntomas inequívocos de agotamiento e impotencia que aconsejaban una urgente y profunda remodelación. Pero, una vez más, Feijóo ha preferido quedarse con lo conocido prescindiendo únicamente de Rocío Mosquera. Una conselleira cuestionada incluso dentro del PP.
El nuevo Ejecutivo autonómico solo contará con tres caras nueva, y su nuevo diseño cargará el peso sobre el sector social y el primario. Pero lo que realmente busca Feijóo son los artilugios de Leibniz, porque el de Pascal no sirve: siete combinaciones son pocas para garantizar su reelección.