La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, ha valorado este lunes "muy positivamente" sus primeros 100 días al frente del gobierno local, con una continuación de las iniciativas que ya estaban en marcha y el impulso de nuevos proyectos. Así, ha puesto en valor "un gran trabajo", "con una parte visible con iniciativas y otra parte de organización de cómo se va a organizar el trabajo de los próximos cuatros años", ha explicado tras presidir el acto de presentación de la 29ª edición de las Jornadas Penitenciarias de Lugo.
La regidora socialista ha señalado que trabaja en la creación de una estructura a partir de la "pluralidad de la corporación" en base a la "transparencia y la participación" de la oposición.
Respecto a las labores de gobierno, ha identificado dos ejes de trabajo: la prestación de servicios sociales y el fomento de la economía. Asimismo, se ha referido a la puesta en marcha de un plan de empleo para reducir el número de familias que necesitan servicios sociales.
El PP: "Echamos de menos a Orozco"
Sin embargo, el portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular, Jaime Castiñeira, ha lamentado que han sido "cien días perdidos", e incluso ha llegado a admitir: "Echamos de menos a Orozco, que ya es decir".
En lo que se refiere a la gestión de Lara Méndez, Castiñeira ha criticado que "empezó con la eliminación de la ORA", "con una mala copia" de lo que el PP "pretendía" y, a partir de ahí, "de error en error".
Asimismo, le ha reprochado "falta de conocimiento del terreno", al tiempo que ha censurado que "rechazó una reunión con la ministra de Fomento y pospuso otra con la presidenta de la Diputación".
"Esto no es solo hacer fotos, no es la vicepresidencia que ostentaba en la Diputación, esto es gestión, y en estos cien días ha habido muy poco de esto", lamenta el líder popular.
Por su parte, el portavoz de Alternativa Cidadá de Esquerdas, Carlos Portomeñe, ha criticado que el equipo de gobierno se maneja "como si tuviese mayoría absoluta", mientras se queja de que Lugo sea el único ayuntamiento donde el cargo de un alcalde en minoría "no implicó ningún acuerdo formal ni compromiso político concreto a cumplir con las fuerzas que lo apoyaron".
"La alcaldesa no quería este cargo, le fue impuesto, al igual que a otros integrantes de su equipo, y eso se nota en su forma de gobernar", afirma Portomeñe.