Las tractoradas ya no son un paseo turístico de los sindicatos como decía Jesús Lence. Ahora, el "rey" del sector en Galicia cree que el ganadero tiene que hacer todo lo posible para conseguir sus objetivos, y si cree que ése es el sistema, bienvenido sea. También Quintana quiere ahora coquetear con los productores.
Pero la conselleira sigue haciendo de portavoz de Tejerina. Y dice que Francia no saltó las normas comunitarias para establecer un precio mínimo, y que los gobiernos de los países no tienen margen más allá de las iniciativas que ya están en marcha para solventar los problemas de un sector que depende directamente de Bruselas. Vamos, que no hacen nada.
Por eso, las tractoradas continuarán con dos grandes tracas: una en Lugo y otra en Santiago. Deflagraciones que pueden provocar efectos colaterales si no se consigue un compromiso que aclare la situación que se genera con las ventas por bajo de coste. Unos precios inasumibles que recibirán unas compensaciones de garantías, pero que el sector sigue considerando insuficientes.
El anuncio de un frente común de los cuatro países del sur europeo en defensa del lácteo ante Bruselas es muy relevante para que el próximo lunes se consiga algo en la cumbre de Madrid. Será fundamental para que la UE ofrezca una solución al problema. Y los gobiernos deberán llegar a unas propuestas concretas que sean factibles. Es la única forma de evitar que la gran traca de Santiago, tres días más tarde, no se expanda.