Eslogan fácil y titular para confundir. Pero la palabra es estupor. No es de recibo que la Consellería de Medio Rural e do Mar esté muda. Siga dando la callada por respuesta ante los problemas del rural y del mar. Es incomprensible que la conselleira, ante la imposibilidad de dar explicaciones que calmen al sector primario, garantice que todo está bien. Cuando los montes arden, el lácteo toma las calles y el pesquero está varado.
La frustración del sector primario gallego es evidente. Porque no funciona interior ni exteriormente y presenta un futuro incierto.
Los responsables son muchos. Pero las políticas que marca la Administración autonómica no parecen ser las más adecuadas para un sector vital de la economía gallega. En el fondo es la consellería que dirige Rosa Quintana la responsable final y la que tiene que dar una respuesta determinante para recuperar la tranquilidad y, sobre todo, el sector primario.
Es cierto que la economía presenta una nueva radiografía. Y también sabemos que aún estamos en tiempos de recortes y contención del gasto, pero la crisis no puede ser el parapeto donde se esconda la ineficacia. Y, hoy por hoy, esa llamativa consellería es precisamente eso: un premio a la ineficacia.