Colabora

Ocaso de un líder

En un verano tan seco las aguas llegaron al cuello a Besteiro. Y no es que el ocaso de un líder lo marque su partido o una juez. No. Se lo buscó él.

Si todos los análisis sobre el PSdeG auguraban el penúltimo capítulo de las divisiones internas y la escasa solidez de su líder, el desmarque de cinco diputados díscolos por el pacto PP-PSOE para la renovación de órganos institucionales confirma que los socialistas gallegos andan revueltos.

Mientras uno y otro sector se reparten los papeles en este tipo de conspiraciones internas, la militancia y, sobre todo, los potenciales votantes se alejan de una cúpula que navega a la deriva. Ello sin olvidar la pérdida de protagonismo y apoyo de su líder. Porque el papel ya viejo de querer cumplir con todo y con todos de Besteiro ya no es válido. El problema es que el mismo Besteiro aún se cree un líder consolidado y al que tanto dirigentes como militantes apoyan. Craso error.

El discurso de Besteiro, instalado en un argumento de laboratorio de comunicación, no tiene pasión ni ideas. Y lo que es aún peor, sin una fórmula que ofrezca garantías para apaciguar las aguar dentro del partido ni una alternativa política real para intentar aspirar gobernar Galicia.

Besteiro quiso volar alto sin saber que sus alas no podrían llevarlo más allá de la presidencia de la Diputación de Lugo. Un ente con mucho poder para cualquier partido que ha entregado a su rival político.

Es curioso que en un verano tan seco las aguas le hayan llegado al cuello a Besteiro. Y no es que el ocaso de un líder lo marque su propio partido o una juez. No. Se lo buscó él.

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario