Técnicos del Ayuntamiento de Vigo han concluido que el muro de la antigua nave de Freiremar -ahora concesión de Frigalsa-, situado hacia la avenida de Beiramar, tendrá que ser derribado o reforzado, por el estado en que quedó tras el incendio declarado el pasado lunes.
Así lo ha comunicado este miércoles en declaraciones a los medios el alcalde vigués, Abel Cabalerpo, que ha indicado que mientras el resto de los muros están "firmes", el de Beiramar precisará de actuaciones por parte de la empresa concesionaria, que tendrá que llevarlas a cabo "con toda urgencia".
Según ha dicho el regidor, hasta el momento, los bomberos han recomendado no abrir el tramo de la avenida de Beiramar junto a la nave, lo que afecta al tráfico rodado -tanto a los dos carriles como al aparcamiento- y al tránsito de peatones -por la acera de ese lado-.
Caballero ha insistido en que la empresa concesionaria tiene que actuar rápido, pues no están "dispuestos" a que permanezca "el tráfico cortado en una de las grandes arterias de la ciudad".
De este modo, aunque ha asegurado no saber cuánto tiempo podrían prolongarse las obras, ha urgido a que sea "el técnicamente más bajo posible".
"Riesgo latente"
"Es urgentísimo por una razón de interés público", ha insistido el mandatario, que ha añadido que se trata de una cuestión de "seguridad" pues "hay un riesgo latente".
Además, Caballero ha asegurado que también es un problema en la "fluidez del tráfico", ya que, aunque ha aclarado que "no hay atasco", el desvío por Jacinto Benavente "ralentiza" la circulación de vehículos.
El alcalde recordó el martes que el fuego se inició en la parte de las instalaciones en las que se están llevando a cabo obras de reforma, y que se extendió rápidamente hasta llegar a un almacén de conservas.
El aceite de las latas aceleró la combustión y dificultó las labores de extinción, aunque los bomberos consiguieron retener las llamas antes de que se extendiesen a la nave contigua, que aun así registró daños en el mamparo de división de ambas naves.