El líder de los socialistas gallegos cree que el retraso decretado por la juez De Lara es injustificable. En una sociedad democrática que se precie de vivir en un Estado de derecho, tanto la justicia como la política transitan en sus propias vías. Por lo tanto, no debiera existir la preocupación de que el sistema judicial sea influenciado por intereses partidarios, ni tampoco que los grandes temas que ocupan a la política, sobre todo ahora que los partidos están en plena precampaña electoral, se tangan que dirimir en lo que acuerden los instructores de los procesos judiciales en curso.
No cabe duda de que es necesaria una profunda reforma y democratización del sistema político y judicial para acabar con los vacíos que tiene y, sobre todo, para buscar la independencia y la transparencia en lo político y en lo judicial.
De la misma manera que Besteiro se cree perjudicado, y se rasga las vestiduras en trasladar a la opinión pública su inocencia en el caso por el que está siendo investigado, cualquiera de los mortales del común no tiene la oportunidad de utilizar los medios de comunicación para su defensa. Para demostrar esa inocencia y, sobre todo, para intentar hacer un juicio paralelo.
Esto demuestra de modo irrefutable que la justicia, además de pretender ser independiente, está vacunada contra el populismo de horca y cuchillo. Ahora, lo que procede es que la instructora del caso Garañón culmine su trabajo con diligencia y, a ser posible, con el rigor técnico deseable, de modo que el caso avance por el estricto cauce de la justicia. Y los políticos, a lo suyo. Lo demás, sí es injustificable.