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Arrogancia y soberbia

Acertará la sociedad cuando actúe contra la arrogancia y la soberbia de los que creen que la democracia solo es buena cuando piensan como ellos.

De acuerdo con la mayoría parlamentaria surgida de las urnas en las elecciones de octubre de 2012, en la Cámara gallega no hay quien tosa. Y cuando esa mayoría, por lo que sea, no quiere se monta un gallinero donde todos cacarean y las consecuencias negativas se las traga la sociedad que los ha elegido.

Tras el 24-M estamos en un escenario convulso. Propiciado, eso sí, por las estupideces de un PSOE que ha puesto a un zorro de guardián del gran gallinero municipal. Por eso, este escenario requeriría más diálogo y respeto escrupuloso entre las personas que nos representan en las instituciones.

Pero no parece que la clase dirigente gallega esté dispuesta a reproducir el ejemplo de solidaridad que se observa en la sociedad.

El resultado de las municipales, pero sobre todo los pactos poselectorales, ha desatado la agitación descontrolada de algunos políticos. Unos por su arrogancia de la mayoría absoluta; y otros, por despreciar tradicionalmente las aspiraciones de la sociedad gallega de optar por la formación política que quieren. Y así está el gallinero.

Se equivoca el PP en vetar el nombramiento de Besteiro. Se equivoca el PSOE en sabotear los recambios en las instituciones. Se equivocan las minorías, por estar instaladas en la negación. Y acertará la sociedad cuando actúe con firmeza contra la soberbia y la arrogancia de los que creen que la democracia solo es buena cuando la decisión coincide con la suya propia.

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