Podría ser una broma de mal gusto después de conocer los datos sobre el paro que dio a conocer el Gobierno de un Rajoy insultante. Pero no la es. La histórica estadística, porque de eso es de lo que sabe el presidente del Ejecutivo, coincidió con otros datos estremecedores: uno de cada diez hogares con niños no celebra cumpleaños por falta de recursos. Y en seis de cada cien familias no pueden permitirse comprarles ropa nueva. Es lo más suave.
La encuesta elaborada por el INE refleja de forma desoladora el paisaje de la política rajoniana y que se define como desempleo, desigualdad y pobreza. En Galicia hay 423.000 personas en exclusión social por falta de ingresos, y uno de cada cinco gallegos admite grandes dificultades para llegar a fin de mes. Pero no importa, porque como decía el viejo maestro, el aún inquilino de la Moncloa tiene la sensibilidad de una almeja.
Lo peor es que la suma de desempleo y desigualdad conduce a pobreza. La EPA apunta a ello, lo sugiere. Hay algún dato revelador como que disminuye el número de hogares donde todos sus miembros están ocupados o que en Galicia son ya 94.000 los hogares sin integrantes con trabajo, 6.500 más que al cierre de 2014. Por eso, para retratar la pobreza es mucho mejor una organización como Cáritas, que día a día pulsa la realidad de la calle. Y no como Rajoy, que se esconde en los despachos para pretender analizar lo que le pasa a sus representados.
Pero no creo que los casi 680.000 gallegos en riesgo de exclusión, además de los casi 240.000 parados, piensen como sus representantes, que los utilizan como simples estadísticas para el pernicioso juego de algunos políticos insensibles.