Este domingo es el día. Más de 2,2 millones de gallegos están llamados a ejercer ese derecho democrático de votar. Una sociedad democráticamente madura no necesita orientaciones de voto, porque su ciudadanía tiene capacidad propia de criterio y de opinión. Sin embargo, de los resultados de esta jornada histórica se pueden derivar consecuencias claves para tres ejes del modelo municipal en Galicia: la desaparición de mayorías absolutas en las grandes ciudades, los gran pactos políticos el 13 de junio -incluso con posible gobiernos tripartitos- y la inestabilidad política en las corporaciones locales.
La crisis económica ha traído políticas de recortes que han dejado huellas evidentes en la vida social de los gallegos. La corrupción y los despilfarros de los dineros públicos en las administraciones locales -que han endeudado o dejado en quiebra técnica a unos municipios sin recursos- han alejado a la ciudadanía de la clase política. Todo esto ha originado que se cuestione la gestión de estos últimos cuatros años en los municipios gallegos.
Al mismo tiempo, los discursos de los partidos en materia de política municipal, ausente en casi toda la campaña electoral, es un buen caldo de cultivo para provocar una abstención no deseada. Y, por último, la irrupción de partidos nuevos puede permitir la caída del bipartidismo municipal en Galicia.
Son tres derivadas de peso a la hora de decidir el voto. Galicia necesita seguir avanzado, aunque en esta histórica jornada del 24-M los resultados pueden continuar por ese camino o por la inestabilidad en los futuros gobiernos municipales. A última hora saldremos de dudas.