El intenso proceso electoral que arrancó con las municipales parece que es capaz de poner en marcha todo tipo de iniciativas que en realidad se han echado en falta durante estos cuatro años. Lo que parecía imposible se hace de repente factible y lo que permanecía totalmente paralizado se intenta mostrar como activo aunque sea muy complicado hacerlo creíble.
Si hace unos meses se anunciaba que Pemex era parte de la solución para el naval gallego, ahora le toca el turno a las infraestructuras. Pero no a los enlaces ferroviarios a los puertos exteriores, que darían oxígeno a Galicia.
Mientras aún no se sabe qué planes hay para hacer viables y generadoras de riqueza estas infraestructuras, el alcalde que representa a los alcaldes gallegos ya no piensa en mayo, sino en las elecciones de 2019. Porque promete que para 2020 el puerto exterior de Ferrol tendrá acceso ferroviario.
Ya no es cuestión que diga a sus convecinos lo que hizo en estos cuatro años. Es que se roza el esperpento si los ciudadanos recuerdan las promesas de este regidor. Y más si se tiene en cuenta que en Ferrol existe la mayor bolsa de parados de Galicia, que permanecen en el olvido por parte de las instituciones y que se suman a la desastrosa política del sector naval.
Diga lo que se quiera, la alcaldía de Ferrol ha sufrido una parálisis durante esta legislatura. Ni siquiera ha sido capaz de reactivar los mínimos planes de Navantia, con el desvío de carga de trabajo hacia otras factorías. Y ahora parece que intenta mostrar una actividad desconocida en política: en plena campaña electoral presenta su programa para el año 2019. Eso es exhibir gestión.