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El escrache de Santiso

Lo de Santiso no es confuso, y aunque el PP guarde silencio ante semejante estupidez, muestra la escasa imaginación intelectual del pequeño zar.

En esta tierra padecemos una epidemia de políticos un tanto particulares. Verán. Un cargo público está expuesto a padecer el enfado de los ciudadanos. Y va en su sueldo. Las protestas en la calle son una forma de expresión política que, no obstante, deben guardar un principio de proporcionalidad y se han de contener en un marco legal. Recientemente, se ha implantado en este país decimonónico un modo de protesta ante los domicilios de los cargos públicos que, aunque pueden ser legales, entran en colisión con la inviolabilidad del domicilio. El PP ha sido especialmente crítico con los escraches porque han sido políticos de este partido los que los han sufrido en especial.

Pero este hecho, el escrache que el alcalde de Abegondo y exconselleiro de Agricultura, José Antonio Santiso Miramontes, ha protagonizado en el mismo Ayuntamiento, al aprobar una moción para excluir a los forasteros -a los que no vivan o trabajen en el municipio- de las candidaturas municipales, marca un hito en los despropósitos de la política de los incompetentes.

Muchos de sus convecinos se preguntarán, y no sin asombro: si mi alcalde hace un escrache en la misma Casa Consistorial, ¿por qué no voy a ir a su casa a protestar?

Lo hecho por Santiso no es confuso, y aunque el PP guarde silencio ante semejante estupidez e ilegalidad, más bien parece un acto de la escasa imaginación intelectual el protagonizado por este pequeño zar de corredoira, que debería dar ejemplo en vez de crispar y, por supuesto, conocer un poco la ley electoral.

Tirando de una estrambótica moción presentada en su día por la múltiple imputada y exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo, Santiso ha puesto en práctica este escrache en sede municipal ante el temor de perder la alcaldía frente a la candidata de Alternativa por Abegondo, Fátima Ínsua.

Todo es rechazable, pero el suceso -como así entendemos este escrache del gobierno abegondés- aún guarda mayor gravedad si se considera que estos hechos infringen toda legalidad y dejan al alcalde de Abegondo como un verdadero patán ente sus vecinos. Pero Santiso es así. Ha sido así siempre, desde el día que alguien le dijo que era un político. Hasta en eso le han engañado.

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