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Preparados, jóvenes y parados

El 27,5% de los jóvenes gallegos con empleo están sobrecualificados para el trabajo que desempeñan en una labor de baja calidad y alta rotación.

Las ‘números dos’ de la Consellería de Traballo anunciaron un plan previsto de diez millones de euros destinados a aquellos concellos que contraten a perceptores de la Risga. Buena cosa. Porque a este subsidio social están acogidos más de 10.000 gallegos que perciben unos 400 euros al mes. Pero de la asignatura pendiente sobre los jóvenes, ni mu. Y el caso es grave.

El 27,5% de los jóvenes gallegos con empleo están sobrecualificados para el trabajo que desempeñan y ese porcentaje seguirá creciendo porque hay muchos con estudios universitarios generalistas y mejor preparados de lo que se les exige condenados a una labor de baja calidad y alta rotación. Además, Galicia está entre las cuatro comunidades donde más se redujo la población activa entre jóvenes de 25 a 35 años, perdiendo casi 19.000 jóvenes de la población activa en ese tramo de edad.

A estos datos preocupantes vienen a sumarse que uno de cada tres gallegos de entre 30 y 34 años vive aún con sus padres, un 35,7%, lo que sitúa a la Comunidad gallega como la segunda autonomía con menor tasa de emancipación en esta franja de edad, y son el grupo que más vio bajar su renta durante la crisis.

Y frente a la crudeza de esa realidad los expertos alertan de que la sociedad da prioridad al presente y no piensa en el futuro, algo que viene de antes de la crisis y que cargará sobre los hombros de los jóvenes el mayor peso del incremento de la desigualdad en el reparto de la renta. Y además no tendrán acceso a pensiones en el futuro. Pero no se les da otra alternativa ni se plantean soluciones para ellos, algo que se agravará cuando la generación del baby boom llegue en bloque al cobro de lo que quede de las pensiones.

Es claro que el desempleo juvenil está vinculado directamente a la crisis y no puede resolverse si no es regresando al crecimiento económico, aunque pueda paliarse en términos relativos mediante determinadas políticas activas.

Frente a la publicitada tesis de que puesto que ya habremos dejado atrás la recesión ya no hay motivos para seguir exigiendo esfuerzos sociales o políticas de crecimiento, es necesario evitar el conformismo, exigir el fin de las medidas de ajuste y poner los engranajes productivos del país a trabajar en lugar de obstinarse en el error.

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