Los hospitales públicos de Galicia atendieron en 24 horas 2.262 urgencias. Aunque la cifra parece alta, es solo un 6% más que la media diaria registrada en el 2014, según los datos del Sergas. El incremento, por bajo, es especialmente llamativo en centros como los de Vigo. Y es que las propias autoridades sanitarias han admitido la complicada situación que se ha vivido estos días, en los que hubo que derivar pacientes a centros privados y habilitar quince camas del policlínico Cíes para enfermos de medicina interna procedentes de urgencias. Según los datos de Sanidade, el aumento de la demanda con relación a la media fue de un 1 % únicamente. No obstante, el jefe de servicio de urgencias del Chuvi, Luis Amador, pidió disculpas a la población por los retrasos en la atención y aseguró que los equipos están trabajando a tope, según publica La Voz de Galicia.
En otros centros la saturación que sufren las urgencias sí se refleja en las cifras. Uno de los casos más claros es el de Ferrol, con un 23 % más de demanda. En el Marcide, algunos pacientes pasaron más de 24 horas aguardando a ser ingresados y ante la falta de camillas hubo enfermos acomodados en sillas en los pasillos. También Ourense y Pontevedra registraron un pico de en torno al 14 %. El primero de ellos tuvo que recurrir a llamar sanitarios para que adelantasen su vuelta de vacaciones. De las 227 urgencias que llegaron al complejo hospitalario orensano, un porcentaje considerable, 91, tuvieron que ser ingresadas. Las altas también se agilizaron, 138 en un día. Ciro Cabezas, director de procesos asistenciales del CHUO insistía precisamente en esta idea, y es que al llegar a urgencias muchos mayores con infecciones respiratorias y pluripatologías, el número de ingresos es muy elevado. Cabezas recordaba que se han habilitado más camas para incrementar la capacidad de ingreso y remarcó que los ciudadanos están haciendo un uso responsable de los servicios.
El complejo hospitalario de Pontevedra atraviesa una situación similar, el incremento de urgencias es del 13,6 %, pero muchos pacientes precisan quedarse hospitalizados. En este caso ayer fue un día especialmente crítico, que los profesionales calificaron como caos y absoluto colapso. Se quejan fundamentalmente de no tener espacio para tratar adecuadamente a los enfermos, a quienes a veces se coloca en «sitios insospechados». Pese a que la noche y las primeras horas de la mañana fueron intensas, en torno a las tres de la tarde desde la gerencia del complejo señalaban que ya no había pacientes pendientes de ingreso.
En Santiago, con unas urgencias en línea con la media anual, el problema se centró ayer en la noche y primeras horas. De hecho antes de las doce del mediodía se ingresó a 14 personas que esperaban por cama y en torno a las dos de la tarde ya no había enfermos en el pasillo. Los profesionales de este servicio recuerdan que el principal problema llega cuando se colapsa el pasillo con pacientes graves, lo que obliga a salir fuera a atenderlos.
La provincia de Lugo parece haberse librado de la saturación de urgencias. Tanto desde el hospital de Lugo, como desde los de Monforte y A Costa admiten que la situación es de normalidad, y de hecho en las estadísticas del Sergas el HULA es el único complejo hospitalario que estos días ha tenido menos urgencias que la media del 2014. También en el Chuac, que cuenta con nuevas infraestructuras, la situación fue de relativa tranquilidad pese a que tuvieron un 5 % más de urgencias. Las previsiones del Sergas son que atravesado el pico de la gripe esta semana, a partir de la próxima comiencen a descender los casos y entre la segunda y tercera semana de febrero se llegue al nivel basal.
Recursos y no disculpas
La Asociación para a Defensa da Sanidade Pública asegura que esta situación se debe a los recortes en gasto sanitario, material y recursos humanos.
Sobre las disculpas que el presidente de la Xunta pidió por la situación de las urgencias, la entidad señala que en lugar de disculparse lo que debe es reponer recursos, cambiar de políticas o en caso contrario presentar la dimisión.