Abanda y los representantes de los trabajadores han alcanzado un acuerdo por el que la entidad bancaria no aplicará el ERE y acuerdan un principio de acuerdo para flexibilizar el horario en el turno de tarde. Dos de las premisas que Banesco -grupo propietario de Abanca- consideraba fundamentales para sacar el negocio adelante tras la dura etapa de nacionalización. Y dos requisitos que además la Comisión Europea mantuvo como obligatorios tras la revisión que aprobó en el plan de resolución vinculado a la tercera inyección pública de fondos, de 5.400 millones de euros.
Después de varias jornadas de negociaciones, ambas partes llegaban en la tarde de este sábado a un pacto que permite "flexibilizar" el horario de la plantilla, con más de 4.500 trabajadores, para extender la jornada de tarde. A cambio, el banco se compromete a no aplicar las medidas pendientes aún de cuarto expediente de regulación de empleo (ERE). Unos 348 extinciones de contrato y 800 reducciones de jornada.
El horario general para el resto de la plantilla será de 8:00 a 16:30 horas, con dos tardes a la semana hasta las siete, excepto en verano y Navidad (un 75% de las oficinas). El acuerdo alcanzado por la dirección del banco con la representación sindical -del que se ha desmarcado la CIG y que ASCA someterá a votación- incluye algunos puntos que afectan a los salarios. La entidad controlada por Escotet quería equiparar las retribuciones en Galicia a las del resto del sector. Y ha logrado algunos cambios: los complementos por funciones para aquellos trabajadores con salarios mayores a 60.000 euros pasan a ser variables.
El banco solo financiará el 50% del seguro médico de cada empleado y durante el 2015 y el 2016 el llamado plus de convenio, equivalente a una cuarta parte de una paga, queda provisionalmente suprimido. La entidad también se ahorra la aportación del 2015 a los fondos de pensiones de la plantilla, y el 50% de la del 2016.
Los nuevos contratados pasarán a tener 18,5 pagas en lugar de las 21 que tienen los trabajadores con contrato en vigor. El convenio de Abanca expiraba el día 31 y la dirección de la entidad, amparándose en la reforma laboral, había planteado de inicio una inaplicación para "mejorar la eficiencia, la competitividad y la atención al cliente".
El acuerdo suscrito garantiza un escenario de estabilidad para los 4.500 empleados que la entidad financiera tiene en Galicia.