Nuevo curso político, nuevo debate. Y qué nos han trasladado nuestros 'maestros'. Poco, por no decir nada.
Más allá de la escenificación de los dimes y diretes que protagonizaron el presidente del Gobierno gallego y los portavoces de los partidos de la oposición, y de la pugna entre quienes tiran del Estado autonómico en direcciones opuestas, lo que ayer pudo contemplarse durante la primera sesión del Debate sobre el Estado de la Autonomía, no fue lo chocante sobre los modelos socioeconómicos y de cohesión territorial entre lo que representa la mayoría absoluta del PP y quienes lo hacen desde el pensamiento único. Porque eso era lo que estaba en el guión. Como lo aclaró el señor Beiras, que volvió a demostrar que hace tiempo que ya no está para estas cosas.
Beiras perdió los estribos. Volvió a bajar de la tribuna y se encaró con feos gestos al presidente del Ejecutivo en su escaño. Eso sí, lo hizo después de un discurso cargado de citas de destacados intelectuales -equiparando a Pablo Iglesias con Galdós- para resaltar su propio ego, como muy bien le recordó Feijóo. Por lo demás, salvo ciertos casos de sorna, Beiras está en otro planeta. Porque como dijo Pedro Puy, todos los que no piensen como él están alienados. O a lo mejor en el mundo de los cerdos o los marranos. Y en medio del pensamiento único, los mediopensionistas. Porque los socialistas siguen entre dos aguas.
Esclarecedora fue la réplica que ofreció el presidente a los grupos de la oposición. El truco consiste en hacer creer a sus adversarios y la propia ciudadanía que su opción política no es una opción política, sino un estado natural de las cosas.
Pero al final de estas sesiones tediosas siempre se descubre algo. Y ese algo es que Beiras le está haciendo la campaña al PP. Y eso lo sabe Feijóo. El veterano profesor parece que no, o no lo demuestra.