El agresor confeso de Sonia Figueroa, su jefe y pareja Antonio Fernández, ha regresado a los calabozos de la Guardia Civil en torno a la una y media del mediodía de este jueves tras participar en el registro de la hamburguesería Piscis, de su domicilio y del de sus padres. Para el registro del local de hostelería los agentes de la Benemérita han utilizado un perro especializado en la detección de drogas.
A las diez menos cuarto de la mañana empezó el primer registro, en la hamburguesería Piscis, para proceder a la reconstrucción de los hechos ocurridos el pasado martes, cuando pasadas las nueve de la noche el propietario del local, Antonio Fernández, de 41 años, disparó en la sien a Figueroa.
En torno a las doce del mediodía se desplazaron los investigadores al domicilio del agresor, situado en la Avenida de Monforte, donde estuvieron durante aproximadamente una hora. Seguidamente registraron la vivienda de los padres de Fernández, en la misma calle, durante unos quince minutos.
En los trabajos de inspección participaron agentes de la Guardia Civil, con perros de rastreo, y contaron con la colaboración de la Policía Local. Todo ello supervisado por la titular del Juzgado de Instrucción de Chantada, Elvira Cangado.
El agresor participó en los tres registros y fue trasladado de nuevo a los calabozos de la Guardia Civil en torno a la una y media del mediodía de este jueves. A la entrada y salida de los edificios utilizó una chaqueta para cubrir la cara.
Fuentes de la investigación han confirmado que los agentes que se desplazaron el martes por la noche al lugar del suceso para socorrer a Sonia Figueroa encontraron papelinas que, a falta de los pertinentes análisis, serían de cocaína.