La operación Pokémon, junto a otras importantes que afectan a los partidos políticos, no deja títere con cabeza. La investigación de la juez Pilar de Lara se extiende a varios municipios. Y el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, no parece dispuesto a arriesgarse a perder una mayoría sin la cual no podría gobernar. En círculos internos del partido existe cierto malestar con alguno de los barones imputados y que están perdiendo crédito ante el electorado. Por eso, dicen, Feijóo está dispuesto a hacer una profunda renovación. Unos relevos de los que no se libraría ni el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán.
La renovación contra el aparato. La jerarquía contra el cambio. En el PP provincial pontevedrés se prevén relevos. No se espera un cónclave en el que los afiliados eligen líder. Pero a tenor de lo que está en juego para el 24 de mayo de 2015, podría decirse que sí, que Louzán, y algún otro, tiene los días contados en la dirección del PP de Pontevedra.
Una dosis de tensión ha desembarcado en el partido. Si hasta ahora se guardaba cierta disciplina, hoy las discrepancias son percibidas por quienes conocen los intríngulis de la dirección de los populares de una provincia que funciona como un órgano completamente acrítico y totalmente supeditado a su líder.
Sus ideas -señalan las mismas fuentes-, si es que las tiene, apenas se conocen fuera de ese sanedrín.
El presidente del PP de Pontevedra y también de la Diputación provincial, Rafael Louzán, ejerce como un ‘virrey’ -dicen algunos pesos pesados de los populares-, y no da ninguna explicación sobre las imputaciones que pesan sobre él.
"No podemos perder la Diputación -apunta fuentes del partido- y menos poner en peligro la mayoría en las próximas elecciones autonómicas". El caso es que existe un movimiento que cada día cobra más peso para que, en principio, Louzan no repita como candidato al ente provincial.