La declaración institucional que tradicionalmente el Parlamento de Galicia aprueba con motivo del aniversario del inicio del éxodo del pueblo palestino ha irritado en esta ocasión al embajador de Israel en España, Alon Bar, que ha incluido a la Cámara gallega entre sus "peores y más extremistas enemigos".
En el mencionado texto, rubricado por todo el arco parlamentario autonómico, se reclama de la comunidad internacional que exija a Israel "el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, el respeto absoluto de los derechos humanos de los palestinos, el respeto absoluto de los derechos colectivos del pueblo palestino y el reconocimiento del derecho al retorno de las personas y comunidades a las tierras y casas de las que fueron expulsadas".
Precisamente este último punto es el que ha molestado al diplomático. "Con esta exigencia, el Parlamento de Galicia se une a los peores y más extremistas enemigos de Israel, ya que de hecho supondría la desaparición del Estado de Israel", advierte a la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, a través de una carta.
En la misma línea, llama la atención sobre que esta petición -"aprobada precisamente el día del aniversario de la independencia de Israel", se queja- sitúa a la Cámara gallega "fuera" del "consenso de la Unión Europea sobre los parámetros del futuro acuerdo de paz entre palestinos e israelíes", así como "de las posiciones defendidas por los sucesivos gobiernos de España".
Por todo ello, en su misiva, que envía con copia a los portavoces parlamentarios de PPdeG y PSdeG, Pedro Puy y José Luis Méndez Romeu, respectivamente, así como al portavoz de los populares en el Congreso, Alfonso Alonso, y a la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, el embajador muestra su "sorpresa" por el contenido de la citada declaración.
Reacción del Parlamento
A la vista de lo ocurrido, la presidenta la Cámara ha distribuido la epístola entre los portavoces de las distintas fuerzas políticas, según fuentes parlamentarias consultadas por Europa Press.
Fue remitida el pasado día 9, es decir, tres días después de que el pleno del Parlamento aprobase el texto de apoyo al pueblo palestino.